LA FIRMEZA
Solamente un documento de Candelario y, posiblemente, otro de Miranda del Castañar menciona, no por su nombre sino por su excluyente forma, la joya que conocemos como firmeza, y esto de manera bien escueta. En 1779 consta en inventario de Candelario «una feligrana de tres esquinas, pequeña, en 9 reales. [Iten], Joyelito pequeño de cuatro esquinas y, a cada una [sic por «en cada una»], un Botonzitto, en 2 reales»164.
En Miranda, en el inventario de Ildefonsa González, figuran en el año 1791 «dos rosarios de cristal y un reliquario [sic] esquinado, en 10 reales»165; no se dice si de tres o de cuatro esquinas.
¿Por qué no fraguó en Salamanca la denominación con la que es conocida generalmente? ¿No tuvo aquí la suficiente entidad como para tener denominación propia y sí sólo la de pieza, relicario o filigrana, sin más?
Esta joya, de la que afortunadamente perviven varias piezas-testigo en Mogarraz y en La Alberca, colgando de brazaleras y de las vueltas en el traje de Vistas o Davias, no aparece nombrada con propiedad en la documentación serrana, quizá por pasar desapercibida bajo otras denominaciones de carácter generalizante, como medalla de labor recortada, fel grana de tres esquinas o esquinada (aludiendo evidentemente a su hechura o fecho), relicario con cifras, o simplemente, cifras, utilizando aquí el todo por la parte advocacional que suele contener esta pieza cuando se presenta como medalla sin vidrieras.
La firmeza, de armación o hechura triangular con su vértice dispuesto en bajo, como clavada en el aire, presenta dos fórmulas estructurales, una adscrita a la familia de las medallas y la otra a la de los relicarios. Posiblemente aparece primero en facción de celosía, de una o de dos caras y diversas fábricas de oro, plata, hierro y metal amarillo con labores predominantemente recortadas o trepanadas y guarnición de esmaltes, representando en su campo las llamadas cifras: el anagrama de Jesús, el de María y, en menos ejemplos, el de san José. También el motivo conocido como Sacramento (la hostia sobre el cáliz), la cruz y los signos de esclavitud a lo divino: «S CLAVO», utilizando la letra S y un clavo como emblema, lo que en literatura se entiende por poesía muda.
Entre los ejemplares más ricos y de mayor calidad que conocemos, sobresalen la firmeza de oro y esmaltes del Museo Lázaro Galdiano (inv. nº 2952), que representa por una de sus caras la Oración del Huerto y por la otra una Tota Pulchra166, y la del Museo Etnográfico de Castilla y León (antigua Colección Pérez Vicente, posteriormente Colección Caja-España, inv. nº 7/10): pieza de cristal labrado que representa la Resurrección de Cristo, cuya fórmula iconográfica procede de un grabado de Hieronymus Wierix (1553-1619). En los cuatro ejemplos restantes de firmeza, de dicho museo con sede en Zamora, esta joya triangular aparece con armación de relicario, generalmente de plata seca y también con cerco de hierro, en algunos casos con una guarnición más ampulosa en su labor de filigrana.
Constan de una o de dos vidrieras y, embutidas en ellas, estampas o pinturas advocacionales sobre vitelo, cobre, plata, oro, hueso, marfil e incluso sobre naipe de baraja. En este sentido, Tirso, en El mayor imposible, alaba la cualidad (amarfilada) de los naipes para pintar sobre ellos imágenes embutidas en relicarios sin necesidad de más preparación:
Cierto retrato de naipe,
que tengo que guarnecer,
porque quieren presentarle
a cierta dama.
Mostrad.
La firmeza debió de eclosionar en las primeras décadas del siglo XVII, a juzgar por las trazas para el examen de maestría presentadas en el Llibre de Passantìes por los siguientes plateros: «Pera Pau Garba Me fesit a 16 de mars de 1617», «ANTONIVS PONS/ME FECIT EN H/ OBRA ANY 1619», y «HIACINTO/ ROIG. M, FE. / 1620» (op.cit., ff. 413, 421, 426).
Ejemplos que registra Priscilla Müller (1972:119-120, figs. 185-186, 188)167, cuya fórmula triangular atribuye esta autora a la figura de la Trinidad168.
El DRAE no recoge la voz firmeza como pieza de joyería y describe para esta voz sólo atribuciones morales y de virtud. Autoridades la trae en segunda acepción como «una joya ú dixe en figura triangular, que se hace de diferentes materias, ya sea de oro ú plata y piedras preciosas, ó ya de coral, azabache, vidro, etc.». Covarrubias toma sólo la acepción moral de firmeza como «la estabilidad, la constancia, la perseverancia de una cosa».
En 1935 el hispanista francés, Jean Sarrailh, en su miscelánea sobre la voz firmeza (1935:57), encontraba en el Diccionario de Séjournant (1775) la siguiente acepción técnica de este término, ausente en el Covarrubias: «Joyau, bracelet de femme, soit dór ou d´argent, garni de diamants ou autres pierres précieuses». Comenta Sarrailh, a renglón seguido, que «la costumbre moderna de ofrecer un brazalete de esponsales explica claramente el deslizamiento del sentido moral de firmeza a este de joya como símbolo sagrado de compromiso». Sigue comentando el hispanista cómo «hacia 1620, el término firmeza parece que se aplicaba a una cosa distinta al brazalete», y trae un pasaje de Antonio Liñán y Verdugo en su Guía y avisos de forasteros que dice: «Tenía en las manos […] el libro en que leía y, puesto sobre él, un Agnus o firmeza, que ahora llaman, con un listón pajizo, que era de la casadilla a quien hablaba, y se le había dado a aderezar»169. «De este modo [concluye, en nuestra opinión, desacertadamente, Sarrailh] la firmeza designaba también esta joya [el agnusdei], primitivamente de cera, sobre la que Covarrubias nos da cumplida razón en la entrada Agnusdei» (la traducción es mía).
Hemos de decir que nunca la firmeza tuvo, ni creo que contuviera, hechura de cera (los dos conceptos se oponen como la cera y el acero) y, desde luego, nunca fue bracelet de femme.
Liñán y Verdugo, igual que sucede en algunos documentos que presentamos, utilizó los términos agnus y firmeza como genéricos y sinónimos de relicario, joya compuesta por una o dos vidrieras donde van embutidas reliquias, imágenes y textos sagrados. Deben, pues, tomarse aquí firmeza y agnus como contenedores y no como contenido.
La hechura de cera atortada del agnus (con el Cordero místico pasante o, también, sentado sobre el libro de los siete sellos, en posición recelosa y portando en una de las patas delanteras la banderola o veleta, más la leyenda «ECCE AGNVS DEI, ECCE QVI TOLLIT PECCATA MVNDI» alrededor y el nombre del pontífice reinante, con las armas y el año de su pontificado al pie), es incompatible con la fórmula triangular de la firmeza.
Como joya generalmente de mujer, el agnus se adscribe formalmente a la familia de los relicarios, compartiendo en ocasiones una de las dos vidrieras con reliquias, estampas o pinturas que ocultan una de las dos caras de cera. Por la proliferación de esta figura del cordero, los relicarios, en general, pasaron a denominarse agnus, aunque esta iconografía hubiera sido sustituida por otras; esta denominación se impuso, tanto en los textos literarios como en la documentación de archivo (Cea 2005: 85-102).
La escasez documental, casi absoluta, de la firmeza en la Sierra de Francia y Candelario se ve compensada con las piezas-testigo conservadas y con los esclarecedores textos de Lope y de Tirso que refieren a ella.
Metáfora de la virtud en la mujer y figura de la lealtad en el amor que, según su hechura puede pertenecer a la familia de las medallas, o a la de los relicarios, queda como hincada en el aire sobre el sayuelo o sobre el jubón. Además de su belleza y de la originalidad de su traza, la firmeza es fiel retrato y dibuxo moral de la mujer virtuosa que la viste.
Esa utilidad como metáfora la entendió bien y la cantó el denominado vulgo por boca de autores tan representativos como Tirso y Lope.
Entre la condición material de la firmeza y su utilización simbólica discurren varios pasajes teatrales de Tirso de Molina.
El concepto de firmeza moral, de la que esta joya es expresión física, se baraja en los Siglos de Oro como juego manierista de espejos en relación con la fidelidad y la estabilidad que proporciona al matrimonio la honesta casada. Las joyas materiales simbolizan en esta época virtudes espirituales y morales, pero también representan la apariencia, la hipocresía y las heridas de la honra doblegada. En este sentido han de entenderse los versos de Lope en El Gran Capitán (1916:234) cuando dice por boca del personaje de Don Juan:
Mi fortuna rigurosa
Venció mi honor,
Que del cuello
Del alma prende por joya.
En el Acto Primero de El pretendiente al revés (1962: 243-244), pone Tirso en boca de Carlos la siguiente reflexión sobre el ser, el parecer y el valor de la firmeza como metáfora de la virtud sobre toda mercaduría170:
Ya yo sé que vence ella,
La firmeza siempre viva;
Pero, aunque no la derriba,
Suele en la roca hacer mella,
Y basta para perder
La opinión, joya estimada;
Que mellada, honra o espada,
¿qué valor ha de tener? […]
Antes tendrá más ganancia
Allá la firmeza mía;
Que toda mercaduría
Baja donde no hay ganancia;
Y si en la corte dicho has
Que hay tan poca fortaleza,
Claro está que mi firmeza,
Por sola ha de valer más.
Tirso de Molina. El pretendiente al revés (1962: 243-244)
En Quien calla otorga (1946:1420), el personaje de Tirso, Chinchilla, comentando la moda y auge imparable de esa joya en la Corte, pone el dedo en la llaga sobre la falsa apariencia de virtud en las mujeres de su tiempo, pues, so capa de firmeza y vencidas por su deseo, venden barato su virginidad quedando encinta y dejando quebrada su honra:
Hay en la Calle Mayor, joyerías
en que se halla mucha carne de doncellas,
y aunque ésta vale barata,
se vende en cintas.
No hay en la corte mujer
que peque ya de liviana
porque todas traen firmezas
al cuello, sino en el alma.
En La Fingida Arcadia (1962: 1394), reitera Tirso, refiriéndose ahora a los devaneos de Lucrecia, cómo la mujer utiliza los pretendientes como muñecos a voluntad o como quien maneja diestramente un abanico; sin premura cuando se trata de firmezas y con presura cuando están en juego los diamantes:
Cuando me cansan los cierro,
cuando me alegran los abro,
en ellos firmezas labro,
ya diamantes, antes hierro;
sobre gustos no hay disputa.
Tirso de Molina. La Fingida Arcadia (1962: 1394)
Destrezas que de nuevo repite Tirso en Los balcones de Madrid (1958:1129):
…porque en vos tan cerca está,
en materia de firmezas
el salir como el entrar.
Sobre la caducidad de las modas y el incesante vaivén novedoso de las joyas, es esclarecedor el siguiente texto de Navarrete, que figura como apéndice de la voz firmeza en Autoridades: «Si esta semana se usan cruces de diamantes, la que viene no se traherán sino en forma de firmezas, y la siguiente de otra manera»171.
El papel de la firmeza-joya como símbolo y recurso femenino contrasta y se complementa con el masculino del posesivo anillo, en relación al matrimonio cuando, en los tratos de esponsales y bodas, las familias barajan conceptos de conveniencia y pacto. Pero entre estos dos símbolos, firmeza y anillo, es vencedora la firmeza. Ideas que vuelve a manejar el fraile mercedario por boca de Ventura en La celosa de sí misma (ed. de Torres Nebreda: 2005).
Vendamos aquestas joyas
con que alquilemos hospicios,
si no son falsas como ellas
esa firmeza y anillos …
[versos que me remiten al alboral de bodas que tradicionalmente se cantaba en Miranda del Castañar].
La disfrazada mujer
te quiso bien a lo fino
como dirá la firmeza,
que con treinta y dos diamantes
a lo culto, rutilantes,
te asegura su riqueza.
Seiscientos ducados da
a la primera palabra
un platero que los labra […]
mas no saben en León
de los diamantes el precio…,
por vidrios los juzgarán
los que diestros solo están
en azabaches de Asturias.
Además de la valía de la mujer, se barajan en estos versos conceptos del oficio y comercio de la platería, como lo fino, lo culto y la calidad de los diamantes, contrapuestos al azabache, a lo villano (leonés y asturiano). La utilización metafórica de estos dos materiales (el diamante versus el azabache), en soporte y hechura de firmeza y como concepto de calidad moral, es generosamente manejada por Tirso en sus obras, porque también el vulgo y su público en general lo entendió así y lo comentaba en el día a día. Este mismo valor y sentido simbólico y moral, representado en la firmeza y el anillo, están presentes en el alboral de bodas de Miranda del Castañar. Las mismas joyas de nuevo utilizadas con idéntica intención que los clásicos del Siglo de Oro:
Las buenas noches le damos a todos los de la boda,
al padrino y la madrina y en particular la novia.
Ya relucen los cubiertos, ya relumbran los manteles,
señores que hayan cenado la cena les aproveche.
Esta calle está enrollada con monedas de a dos reales,
que la ha enrollado Gaspar cuando vino a enamorarte.
A la puerta de la iglesia mañana darás el sí
ante Dios y ante el altar, para felices vivir
El padrino y la madrina te acompañarán mañana,
son almenas del castillo en que vas aprisionada.
El novio le dio a la novia un anillo de oro fino,
ella le dio su firmeza que vale más que el anillo.
Si la novia lleva rosas en la vuelta del manteo
El novio lleva claveles en las cintas del sombrero.
No olvides este portal ni tan poco este enrollado,
mira que dejas en ellos los padres que te han criado172.
Alboral de bodas de Miranda del Castañar
En este alboral que cantan las amigas de la novia a las puertas de la casa paterna, destacan los regocijos de esponsales con la esplendidez del banquete, el hiperbólico derroche del novio, que enrolla de monedas la calle para que pise por ellas la novia, el cercano momento de los esponsales en el atrio de la iglesia y con ello cuatro ideas que son los cuatro pilares de esta canción epitalámica: el predominante papel de los padrinos (versos 2 y 9), que representan aquí la auctoritas y la traditio; la patriarcal advertencia sobre la obligación filial, de por vida, de la hija hacia sus progenitores: «no olvides», «mira» (equivalente aquí al imperativo cave latino); la protección y la posesión masculinas con que es anillada la esposa, y la vencedora firmeza femenina de lealtad (versos 11-12). Por último, el presagio de las almenas, negra metáfora del matrimonio en la mujer, encadenada y presa por un «sí quiero» (versos 9 y 10). La misma idea se repite, con una fórmula quizá menos expresiva pero no menos certera, en la letrilla siguiente que se canta en otras comarcas salmantinas:
Por un sí que dio la novia
A la puerta de la iglesia
Por un sí que dio la novia
Entró libre y salió presa.
Castillo Solórzano, en su Bachiller Trapaza (1617), considera la firmeza de diamantes, a ojo de pícaro, como regalo muy apropiado para la ceremonia de Dádivas [Davias en Mogarraz]: «Dióle a Serafina la joya, que era una firmeza de diamantes, muy bien labrada y de valor, cosa que ella estimó mucho por ser dádiva de quien tanto quería».
Ambrosio de Montesinos aprovechó en su Cancionero el éxito del término firmeza como recurso literario de su tiempo y lo utilizó a lo divino en su copla de La columna del Señor (2002 [1505]: ff, 19-20). Expresó el sentido bifronte que contenía esta joya, símbolo aquí de la fidelidad del alma con Cristo (tan de seguido quebrantada), para el paso de la Flagelación, cuando los azotes y cordelazos desleales del pecador hicieron brotar sangre redentora en figura de diamantes.
De cordeles de aspereza
los muy finos diamantes
no serán de real firmeza
ni lo son ni fueron antes,
porque tuviste atado
al que los presos desata
sin querer aver soltado
para ser mejor tratado
que se trata.
Quizá no entendió del todo el Maestro Correas este refrán, por antiguo, cuando nos priva de las sabrosas explicaciones con que los suele aclarar.
Esta patena del Zarzoso formó parte de KYRIOS en Las Edades del Hombre de la catedral de Ciudad Rodrigo, año 2006. Vid. ficha nº 105-2, p. 255, sub voce «patena», a cargo de Eduardo Azofra, Agustín y Manuel Pérez Hernández.
El fraile mercedario está usando aquí la voz «patenas» como término genérico (joyas, dijes, alhajas), ya que la patena no tiene vidrieras por ninguna de sus dos caras.
En los años 70 del pasado siglo, en la colección de los anticuarios Eutiquiano y Manuel García, en la madrileña plaza de Santa Ana, podía haber 100 patenas, tasadas en unos precios que oscilaban entre las 80.000 y las 250.000 pesetas. Según el informante albercano Tomás de los Hoyos Martín (de 77 años en 1979), el traje de Vistas de la familia de los Evaristos, que pesaba 18 libras, único que conservaba la manta ventiosena de Vistas, fue adquirido en los años 40 por Elvira Lucena en la cantidad de 11.000 pesetas; posteriormente donado por sus descendientes al Museo del Traje de Madrid. A finales del pasado siglo quedaban en la Alberca unos 50 trajes de Vistas sin las alhajas, y sólo 6 completos.
En la actualidad y para poder cumplir con las exigencias de mayordomía en los rituales festivos de la Asunción y Corpus Christi, especialmente en sus ofertorios, algunas familias albercanas han adquirido trajes nuevos de Vistas, siguiendo los patrones antiguos, con menor o mayor acierto en sus resultados y siempre con la mejor voluntad de mantener la tradición y el patrimonio serrano.
Se entiende aquí por «plata» el resto de piezas (cruces, medallas, relicarios y otras joyas que cuelgan de las vueltas) con sus dos elementos esenciales, que denominamos «material de relleno»: las piezas esféricas, bollagras o gabanzas y las tubulares, arconciles o castillejos almenados.
AHPSa. Prot. 6032, ff. 112-112v.
AHPSa. Prot. 6032, f. 147v.
AHPSa. Prot. 6032, f. 18.
AHPSa. Prot. 6032, f. 20.
AHPSa. Prot. 6032, f. 50v.
AHPSa. Prot. 6033, fs.
AHPSa. Prot. 6285, ff. 32 y ss.
AHPSa. Prot. 6285, ff. 28-28v. Aparecen aquí los términos carrillos o carritos, voces menos utilizadas en los documentos que sus sinónimos arconciles/alcorcíes/arconcillos.
AHPSa. Prot. 6287, ff. 58 y ss.
AHPSa. Prot. 6287, ff. 166 y ss.
AHPSa. Prot. 6223, f. 105.
AHPSa. Prot. 6143, f. 31.
AHPSa. Prot. 6143, f. 69.
AHPSa. Prot. 6143, ff. 18 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, ff. 30 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, f. 69.
AHPSa. Prot. 6143, f. 20.
AHPSa. Prot. 6143, f. 225v.
La documentación conservada de esta villa de Cepeda en el AHPSa abarca de 1640 al 1859.
AHPSa. Prot. 5981, sf. No conserva Cepeda documentación del siglo XVI. Por la abundancia de patenas en este siglo XVII hemos de suponer que se utilizaran en esta villa ya en el siglo anterior.
AHPSa. Prot. 5981, ff. 188 y ss. Aparece aquí la voz arconzil/arcozil, sinónimo de carrillo/ carrito.
AHPSa. Prot. 5982, ff. 166v y ss.
AHPSa. Prot. 5983, ff. 17-18.
AHPSa. Prot. 5983, ff. 7-8v.
AHPSa. Prot. 5985, ff. 34 y ss.
AHPSa. Prot. 5986, ff. 128-129v.
AHPSa. Prot. 5987, ff. 78-79v.
AHPSa. Prot. 5994, ff. 108-118v.
AHPSa. Prot. 5987, ff. 95-96v.
AHPSa. Prot. 5988, ff. 28-31.
AHPSa. Prot. 5991, ff. 39 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, f. 69.
AHPSa. Prot. 6143, ff. 18 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, f. 21v.
AHPSa. Prot. 5992, f. 160.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 1-4.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 108v.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 200-203.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 124-127.
AHPSa. Prot. 5999, f. 141.
AHPSa. Prot. 5995, f. 141.
APM. Libro de la Cofradía del Rosario que comienza en 1637, sf.
APM. Libro de Difuntos y Testamentos de 1647 a 1701, f. 23.
En la «Visita» a la parroquial de Linares, año 1755, se ordena: «que se desaga el cáliz grande más antiguo de esta iglesia, que apenas es servible por la hechura tan antigua i llena de molduras de feligrana, que yeren las manos quando se dice Misa, i es menester hacer de otro modo las ceremonias […]. Se haga otro nuevo i se lleve el que se á de hacer a Manuel Aillón, Platero, vezino de la ciudad de Salamanca». Al año siguiente consta un libramiento de «214 reales del renuevo de un cáliz [probablemente el susodicho] y el incensario». Cuatro años después vuelve a suceder lo propio con el viril o custodia: «1.912 reales de vellón, costte que tubo el viril nuevo que yzo Juan Manuel Sanz, Platero de Salamanca, rebaxado lo que se le entregó del antiguo, en que entra 120 reales del Dorado del copón, como consta de esquela. Itten, 47 reales de gratificación a el Platero, y los 7 del gasto que se yzo con dicho Plattero quando vino ha [sic] traer el viril, con él y su caballería». APL. Libro de Fábrica de 1656: año 1755, ff. 200v- 201; año 1756, f. 204v.; año 1760, f. 216.
APM. Ibid. f. 15.
APM. Libro de Difuntos y Testamentos de 1647 a 1701, f. 15.
APMF. Libro de Fábrica de 1600, sf.
AHPSa. Prot. 6190, f. 60.
AHPSa. Prot. 6190, f. 3.
AHPSa. Prot. 6190, ff., y Prot. 6193, f. 113.
AHPSa. Prot. 6187, f. 16.
AHPSa. Prot. 6220, f. 163.
AHPSa. Prot. 6221, f. 49.
AHPSa. Prot. 6222, f. 138v.
AHPSa. Prot. 6225, f. 31v.
AHPSa. Prot. 6288, ff. 76-79v. Por toballa se entiende en la época el paño que suele descansar en los brazos de la cruz, sin el crucificado.
AHPSa. Prot. 6289, ff. 63-70. Existe otro inventario de este año (ff. 4-12 del mismo protocolo) con levísimas diferencias. En este segundo los carrillos o arconciles se describen como «de plata labrada» y las dos patenas, «esmaltadas» y «de razonable tamaño». En esta versión se omite la identificación de las imágenes y se atiende más a la labor y tamaño. Se trata sin duda de las mismas piezas en tasaciones distintas.
La cursiva es mía.
AHPSa. Prot. 6289, ff. 301-303v.
AHPSa. Prot. 6289, ff. 2-2v.
AHPSa. Prot. 6291, ff. 4-13.
AHPSa. Prot. 6295, ff. 84-85v.
AHPSa. Prot. 6299, f. 97v.
AHPSa. Prot. 6304, f. 109v.
AHPSa. Prot. 6305, f. 58v.
Inventario de Bienes del Humilladero, Libro de Quentas de la Cofradía de la Vera Cruz de 1629 a 1690. ADS, 384/24.
AHPSa. Prot. 6102, f. 102.
AHPSa. Prot. 6103, f. 130v.
AHPSa. Prot. 6103, f. 98.
AHPSa. Prot. 6105, f. 29v.
AHPSa. Prot. 6107, ff. 194 y ss.
AHPSa. Prot. 6108, f. 107.
AHPSa. Prot. 6112, f. 4.
AHPSa. Prot. 6118, f. 252.
AHPSa. Prot. 6120, f. 126v.
AHPSa. Prot. 6118, f. 161.
AHPSa. Prot. 6120, f. 116v.
AHPSa. Prot. 1133, f. 60v. No recuerdo ninguna otra población que recoja este término o variante, ni pieza testigo con esta forma. La cursiva es mía.
Avellanas y olivetas son dos variantes de granos que forman el material de relleno en los hilos y en las vueltas chicas. Oliveta es sinónimo de lo que en La Sierra de Francia se conoce más comúnmente como hueso de aceituna.
AHPSa. Protocolos 1134, f. 22 y 1141, partija que consta de 29 folios.
AHPSa. Prot. 1135, ff. 30 y ss.
AHPSa. Prot. 5997, f. 18.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 75-78.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 130-135v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 200-211.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 236-239.
AHPSa. Prot. 5997, f. 18.
AHPSa. Prot. 5997, f. 14.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 302-305v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 162-164.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 21v y ss.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 93-94v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 127-131v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 13-17.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 45-50v.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 66-69.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 11bis-19bis.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 11bis-25bis.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 268-271v. El color encarnado aparece como preferido en los bordados de los camisones y camisas en esta población de Cepeda (Cea 2014: 487-520).
Uno de los mayores asombros del, ya tan dilatado para mí, estudio de la indumentaria serrana, ha sido el de su incomparable riqueza en el léxico de las gamas de color, más de cien variantes, que aluden, la mayoría de las veces, a nombres de animales y plantas, en este caso el color rabo de zorra, tonalidad entre el pajizo y el leonado.
AHPSa. Ptot. 6002,f.53.
AHPSa. Prot. 6003, ff. 17v y ss.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 81-84.
Permítaseme aquí una confesión personal. Cómo en los años 70, realizando unas pesquisas en los archivos parroquiales de Sequeros sobre los paralelos entre los dos lienzos del camarín bajo del Robledo y los seis sobre la vida de la Virgen, del retablo de la Cuesta de Miranda del Castañar, recién descubiertos por Pilar Fernández Campelo y el que esto escribe (El Adelanto, 24 de febrero de 1974, p. 5), encontré en los Libros de Fábrica el, para mí, fascinante término sayuelo, que iba a cambiar el rumbo temático de mi vida profesional, con la posterior tesis de doctorado: Antropología regional reflejada en las joyas de la Sierra de Francia y Candelario, siglos XV al XX (Salamanca. Universidad Pontificia, 6 de febrero de 1982).
AHPSa. Prot. 6112, f. 4.
AHPSa. Prot. 6009, ff. 28 y ss.
AHPSa. Prot. 6014, ff. 167 y ss.
AHPSa. Prot. 6149, f. 162.
AHPSa. Prot. 6313, ff. 33-37.
AHPSa. Prot. 6127, f. 135v.
AHPSa. Prot. 1153, ff. 2 y ss.
AHPSa. Prot. 6032, ff. 112-112v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 13-17.
Covarrubias no recoge esta acepción en ninguna de las dos variantes, ni como tablilla ni como tablero. Autoridades no recoge las voces tablero ni tablilla, en el sentido que reciben en nuestros documentos. Tampoco, el DRAE ni el Lamano.
AHPSa. Prot. 5988, ff. 28-31v.
AHPSa. Prot. 6188, ff. 194-194v.
AHPSa. Prot. 6189, sf.
AHPSa. Prot. 6020, f. 197v y ss.
AHPSa. Prot. 6222, f. 215.
AHPSa. Prot. 5978, ff. 137 y ss. Desafortunadamente, esta población sólo conserva documentación notarial en el AHPSa de los años 1760 a 1860.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 45-50v.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 76-77v.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 191-194v. En conversación de 18 de marzo de 2020, con la informante y amiga Ascensión Sánchez, de 90 años, y a propósito de la presencia de documentos sobre la familia cepedana de los Sánchez, con tanta presencia en este estudio, me comentaba que los dos apellidos ricos de Cepeda (o más ricos) son Gascón y Felipe.
AHPSa. Prot. 6010, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6010, ff. 108 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 25 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, f. 132. En alusión a las tres dobleces en que milagrosamente dejó Cristo su rostro retratado (veron ikonon) en el sudario de Marcela, que más conocemos como Verónica: «Tres dobleces tenía el paño, tres caras dejó pintadas, una mandó pa Jaén y otra pa la Casa Santa, y otra mandó para Roma, pa onde el padre santo estaba» (versión albercana recogida de Marcelina Hernández Martín, de 80 años, en abril de 1986).
Documentamos en Cepeda siete casos de «arracadas de tablero», variante de pendiente de las orejas que no debemos confundir con las piezas que estamos presentando aquí. AHPSa. Prot. 6903, año 1715, inv, de Alonso Garzía, ff. 13-17. Prot. 6903, año 1718, inv. Alonso de la Fuente, ff. 66-69. Prot. 6000, año 1723, inv. de Mª González, ff. 12-14v. Prot. 6002, año 1740, inv. de María Martín, ff. 51-56. Prot. 6003, año 1743, inv. de Mª Blanco, ff. 61-67v. Prot. 6003, año 1743, partijas de Juan Sánchez de Miguel, ff. 17v. y ss. Prot. 6012, año 1778, inv. de Juan Sánchez Casado, ff. 87 y ss. También en Cepeda, la variante del tablero-mueble o artesa como «tablero de teñir», año 1708, en inventario de Ana Sánchez, Prot. 5998, ff. 188-191.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 266 y ss.
AHPSa. Prot. 6244, f. 46.
AHPSa. Prot. 6244, f. 149.
AHPSa. Prot. 6245, f. 125.
AHPSa. Prot. 6247, ff. 446v y ss.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 105 y ss.
AHPSa. Prot. 6252, ff. 127 y ss.
AHPSa. Prot. 6322, ff. 121-124.
AHPSa. Prot. 6328, f. 148.
AHPSa. Prot. 5984, ff. 25 y ss.
APM. Libro de Difuntos de 1628, f. 16. En ambos textos las mujeres donantes eligen muy bien joya para sus vírgenes. En el caso de la del Rosario, porque es el atributo que muestra siempre en su mano derecha. El hilo de gabanzas con piedras de cristal, que se da en manda a la Virgen de la Cuesta, «grande», se adapta mejor a las muñecas a manera de ajorca y también al cuello, mientras que un hilo de avellanas es más apropiado para la talla «pequeña» o «aparecida».
AHPSa. Prot. 5988, ff. 28-31v.
AHPSa. Prot. 6108, f. 42v.
AHPSa. Prot. 6102, f. 87v. Sobre esta tipología, vestidera, de imágenes, vid. Cea (1992).
APSEstbn. Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de 1685 a 1761, ff. 435v.
APSMtn. Libro de la Cofradía del Rosario de 1685 a 1761, ff. 177 y ss.
AHPSa. Prot. 1140, ff. 14 y ss.
AHPSa. Prot. 6167, ff. 16-17.
(Cea 1985: 64) (2005: 87-91,95-97) (2007: 486-487) y (Arbeteta 2003: 137). En las distintas versiones pintadas sobre la valenciana advocación de los Desamparados –desde la famosa de Tomás Yepes (1610) para el madrileño monasterio de las Descalzas Reales–, con motivo de las mayordomías anuales, así perpetuadas en la memoria colectiva, suele haber uno o varios relicarios en hechura de firmeza, prendidos del sayo de la Virgen. De los 730 relicarios del Museo Etnográfico de Castilla León, que estudiamos en su día, tan sólo cinco son firmezas (catálogo en preparación).
Müller recoge también dos firmezas de oro, gemas y diamantes pertenecientes al Instituto Valencia de Don Juan de Madrid (Luton Hoo, Sir Harold Wernher, Bart.: 118, figs. 183-184). La traza de Pera Pau Gamba es recogida de nuevo por González, Elvira y M. Magdalena Riera (2002: 101, fig. 41).
Esta forma, en disposición piramidal, sólo es atributo en la cabeza del Padre Eterno, pero no de las otras dos personas (el Hijo y el Espíritu Santo) como conjunto trinitario.
Liñán y Verdugo, Antonio (1620: 230). Sarrailh utiliza la edición de 1885, Barcelona, Biblioteca Clásica Española.
No en vano utilizaría Tirso este término para dar nombre a dos de sus obras, La firmeza en la hermosura y La firmeza en la desdicha.
Navarrete. Conserv. Dis. 34.
Recogido en Miranda del Castañar por Antonio Cea Gutiérrez a Petra Nieto Coca, de 68 años, en octubre de 1973.
Alternativa de las vueltas en el traje de Vistas y elemento complementario, las brazaleras o brazales, conocidas también como colganderas y esquileras en Mogarraz, son un manojo de cadenillas de plata, o de metal que se atan a las mangas del jubón femenino a la altura de las axilas, cayendo en ocasiones hasta el borde de los manteos. De ellas penden todo tipo de cruces, medallas, relicarios, joyas-utensilio (bernegales, escarbadientes, la cuchara y el tenedor, conocidas popularmente como «el macho y la hembra»). Las brazaleras no se prodigan en la documentación serrana, tan sólo 14 ejemplares entre Sotoserrano (2), Cepeda (5), Sequeros (1), y Monforte (6), más las piezas-testigo que se conserven en Mogarraz y la Alberca. El dijero es al niño lo que la brazalera a la mujer. En el documento más antiguo, Sotoserrano, año 1606, figura en el testamento de Catalina González: «una saya de palmilla con sus mangas verdes y sus braçales»: AHPSa. Prot. 6290, ff. 24-27v. En Cepeda, 1703, en inv. de Juana González, «tres bolsas del braçal, de raso y un cordón de monxas». Prot. 5996, ff. 7-8v. En Cepeda, año 1703, en la dote de Catalina Aumada, vdª que fue de Julián Martín, que casó de nuevo con Marcos González, se citan «dos bolsas de Raso de braçal y un cordón de monjas»: Prot. 5996, f. 117. En Cepeda, 1708, en inv. de Joseph Sánchez: «imagen de Nª Sª de Belén con espejo, al otro lado del braçal»: Prot. 5998, ff. 62-65v. En Cepeda, 1710, en entero de los bienes de Matheo Hernández, «una bolsita de braçal»: Prot. 5999, ff. 23-27. En Cepeda, en el capital de los hijos de Marcos Hernández consta «una bolsita de braçal de dos retacitos de raso, 3 reales»: Prot. 5999, f. 78. En Sequeros, año 1774, en inventario de Matías Prieto, se describe «una almilla para mujer, de escarlatín, que tiene al brazal un corazonzito de plata, todo en 18 reales»: Prot. 6251, f.142. En Monforte, año 1825, figura en inventario «una vrazalera compuesta de Cristo de Burgos pequeño, Santa de Franzia, anusdei, escarvador y cadena, todo de plata, en 20 reales»: Prot. 6186, f. 74. En Monforte de nuevo, año 1833, «una Brazalera con caja de plata, con Santo de oro dentro y dos Santiagos de plata [todo en], 80 reales; iten, otra Brazalera con Santa Teresa y caja de plata y un relicario grande con caja y cadena de lo mismo, 60 reales»: Prot. 6920, f. 25v. En 1837: «una brazalera con cadena, un Santo grande de vidrieras y dos santas, todo de plata, 20»: Prot. 6920, f. 61 y ss. En Monforte, también en 1837, se describe «una vrazalera con cadena de plata aumada y dos santas de plata en 10 reales»: Prot. 6920, f. 71. En Monforte, por último, año 1845, se describe «una Brazalera con Santo, Santa Teresa y San Antonio, en 36 reales» en inventario de Marcelino Hernández: Prot. 6921, ff. 11-14v. En total, suma el brazal 239 años de existencia documentada. Vid. (Hoyos 1959: 403-405).
AHPSa. Prot. 6288, ff. 116-120.
AHPSa. Prot. 6288, ff. 116-120.
Sobre la implantación del bordado serrano, los diversos puntos, formas y colores, su vigencia desde antiguo y su interés por innovar o, al contrario, por fosilizar, a través de muestrarios y dechados, es buen ejemplo el inventario de bienes de Francisco López, vecino de San Martín, año 1673, en el que se describe «un Dechado de muestras, de cañamazo, para labrar [sic por bordar] y sacar labores» AHPSa: Prot. 6190, ff. 12 y ss.
AHPSa. Prot. 5991, ff. 89-93v.
Testamentaría de Isabel La Católica. 1974.
Año 1776. Inv. de Manuel Martín «el Coxo». AHPSa. Prot. 6118, f. 252.
Año 1779. Inv. AHPSa. Prot. 1140, f. 14v.
Esta idea negativa de lo asimétrico como defecto en prendas y joyas se ve muy bien en dos ejemplos de un mismo inventario, la dote de Catalina Ahumada, viuda que fue de Julián Martín, que casó de nuevo con Marcos González en Cepeda, año 1703: «Dos pares de arracadas desdecidas, y lo dorado sin arillos; iten, unas cintas de resplandor, no cabales, del pelo». AHPSa. Prot. 5996, ff. 113-117 (la cursiva es mía).
Inventario de bienes de Juan Berguío y María González. AHPSa. Prot. 1132, f. 3.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 140 y ss y Prot. 6012, ff. 66 y ss, respectivamente.
AHPSa. Prot. 6239, f. 14.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 266 y ss.
AHPSa. Prot. 6315, fs.
AHPSa. Prot. 6013, ff. 127 y ss.
AHPSa. Prot. 6251, f. 142.
AHPSa. Prot. 6190, f. 13v.
AHPSa. Prot. 6143. Inv. González del Tablado, f. 64; inv. de Silvestre de Lucas, f. 69; testamento de María Pies, ff. 102 y ss., año 1687, y dote, sin especificar, ff. 18 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, f. 52.
AHPSa. Prot. 6103, sf. En los ejemplos que siguen van en cursiva los que podemos asegurar que se refieren a corazones de novia.
AHPSa. Prot. 6103, f. 98.
AHPSa. Prot. 6103, f. 30v.
AHPSa. Prot. 6105, f. 29v.
AHPSa. Prot. 6105, f. 149v.
AHPSa. Prot. 6107, f. 69.
AHPSa. Prot. 6107, f. 233v.
AHPSa. Prot. 6127, f. 182.
AHPSa. Prot. 6107, f. 153v.
AHPSa. Prot. 6003, ff. 26-29v.
AHPSa. Prot. 6111, f. 71v.
AHPSa. Prot. 6111, f. 81v.
AHPSa. Prot. 6112, f.11.
AHPSa. Prot. 6115, f. 14
AHPSa. Prot. 6008, ff. 212 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 180 y ss.
AHPSa. Prot. 6120, f. 126v.
AHPSa. Prot. 6127, f. 121.
AHPSa. Prot. 6022, ff. 56 y ss.
AHPSa. Prot. 1133, ff. 60v. y ss.
AHPSa. Prot. 1136, f. 9.
AHPSa. Prot. 1134, ff. 30 y ss.
AHPSa. Prot. 1135, f. 25v.
AHPSa. Prot. 1137, f. 3.
AHPSa. Prot. 1140, ff.ss.
AHPSa. Prot. 1140, f. 14v y ss.
AHPSa. Prot. 1140, 23 hojas.
AHPSa. Prot. 1142, ff. 7 y ss.
AHPSa. Prot. 1142, f. 9.
AHPSa. Prot. 7523, fs.
En el año 1805 se menciona en inventario de Baltasar Herrero ¿o Herrera? «un corazón de almendrillas grande». AHPSa. Prot. 1805, ff. 207 y ss. (la cursiva es mía).
AHPSa. Prot. 5988, ff. 21-23v.
AHPSa. Prot. 5991, ff. 149 y ss.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 16-18v.AHPSa. Prot. 5993, ff. 16-18v.
AHPSa. Prot. 5994, ff. 212-215v.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 103-105, 118-118v. En el primero de los documentos y junto al corazón de raso se citan «una bolsita de lama con el compañón de un Niño [es de suponer que, estando en mayúscula, se trate de una imagen mutilada del Niño Jesús], un rosario de açavache de cinco dieces. Un cordón de monjas y una cruz de alquimia».
AHPSa. Prot. 5996, ff. 61-66v.
AHPSa. Prot. 5997, f. 21.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 19-22.
AHPSa. Prot. 5997, año 1701, inv. f. 18; año 1704, inv. de Juan Blanco, ff. 130-135v; año 1705, inv. Catalina Blanco, ff. 26 y ss; año 1705, bienes de Ana Blanco, ff. 118-118v; año 1705, bienes al matrimonio de Manuel de la Mora con Ysabel Blanco, ff. 165-168. Prot. 5998, año 1706, inv. de Pablo Martín, ff. 255-258v. Prot. 5998, año 1708, inv. de Blas Gil, ff. 176-179. Prot, 5999, año 1709, entero de (ilegible), ff. 134-137; año 1710, inv. de Marcos Sánchez, f. 13. Prot. 6001, año 1730, inv. ff. 221 y ss; año 1735, inv. de Dionisio Sánchez, ff. 56-57v; año 1736, inv. de María Sánchez de Tomé, ff. 34-37. Prot. 6002, año 1740, inv. de Catalina Hernández, ff. 9-10v. Prot. 6003, año 1743. Partixa de herederos de Juan Sánchez de Miguel, ff. 17v y ss. Prot. Prot. 6008, año 1765, bienes de Francisco González a su hijo Juan, ff. 67 y ss. Prot. 6009, año 1767, inv. de Manuela García, ff. 51 y ss. Prot. 6012, año 1778, inv. de Rosa Blanco, ff. 142 y ss; año 1778, inv. María Pérez, ff. 127 y ss; año 1778, inv. de Juan Sánchez Casado, ff. 187y ss; año 1780, inv. de Santiago Sánchez, ff. 32 y ss. Prot. 6013, año 1782, inv. de Domingo Gascón, ff. 32 y ss. Prot. 6017, año 1798, inv. de Diego Velasco, ff. 212 y ss; año 1798, inv. Isabel García, ff. 214 y ss; año 1799, inv. de Juan Sánchez, ff. 121 y ss.
«Un corazón de relicario [más] otro corazón». Año 1757, inv. de Magdalena Corral. AHPSa. Prot. 6006, fs.
«Un agnus en corazón». Año 1747, inv. de María Sánchez. Prot. 6004, ff. 97-98; «Un niño en cruzis que está en un corazoncito de plata», en inv. de 1748. Prot. 6004, ff. 140v y ss; «Una verónica de corazón» en inv. de María Pérez, año 1788. Prot. 6012, ff. 127 y ss.
AHPSa. Prot. 5997, f. 21.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 173-177.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 130-135v; 173-177; 200-211 y 270-273v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 162-164.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 287-288v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 208-211.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 70-72v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 263-263v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 176-179.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 190 y ss.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 127-131v.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 191-194v.
AHPSa. Prot. 6003, ff. 61-67v.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 212 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff.180 y ss.
AHPSa. Prot. 6012, ff. 127 y ss.
AHPSa. Prot. 6013, ff. 27 y ss.
AHPSa. Prot. 6013, ff. 32 y ss.
AHPSa. Prot. 6014, ff. 149 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 153 y ss.
AHPSa. Prot. 6017, ff. 214 y ss. La temprana devoción que despierta en Salamanca la Santa de Ávila se ve materializada en esta variante, de hechura cordiada, y la conocida como «Firma de la Madre Teresa», ambas fórmulas de la familia de los relicarios.
En inventario de María Elices, año 1811, se menciona «un corazoncito de papel [junto a] una Nª Sª de las Angustias, un San Antonio redondo de plata y dos mediaslunas grandes» AHPSa. Prot. 6021, ff. 95 y ss.
AHPSa. Prot. 6019, ff. 224 y ss.
AHPSa. Prot. 6019, ff. 207 y ss.
AHPSa. Prot. 6020,f. 100.
AHPSa. Prot. 6022, ff. 164 y ss.
AHPSa. Prot. 6021, ff. 103 y ss.
AHPSa. Prot. 6022, ff. 164 y ss.
AHPSa. Prot. 6023,fs.
AHPSa. Prot. 6151,f. 247.
AHPSa. Prot. 6024,fs.
AHPSa. Prot. 6144,f. 17v.
AHPSa. Prot. 6145,f. 50.
AHPSa. Prot. 6147,f. 82v.
AHPSa. Prot. 6149,f. 200v.
AHPSa. Prot. 6149,f. 162.
AHPSa. Prot. 6919,sf.
AHPSa. Prot. 6919.f. 161.
AHPSa. Prot. 6937,f. 19.
AHPSa. Prot. 6177,ff. 39v., 69 y ss., y 90.
AHPSa. Prot. 6179, f. 90.
AHPSa. Prot. 6183, f. 75.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 52 y ss.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 68 y ss.
AHPSa. Prot. 6920,f. 25v.
AHPSa. Prot. 6189, ff. 10 y ss. Francisco del Mercado, pintor, decoró las paredes del humilladero de San Martín, actualmente perdidas. En documento del año 1750, consta la cantidad de 460 reales de vellón por la reparación de una cama para pobres y clérigos peregrinos en la ermita de San Benito, «a zenso reservativo de Francisco de Mercado, vezino que fue desta villa. APSMtn.» Cuentas de 1746-1825, ff. 26v-27.
AHPSa. Prot. 6189, f. 76v. Inventario de la viuda de Gabriel López, El Biejo.
APSMtn. Libro de la Cofradía del Rosario de 1685-1761, f. 177v.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 16 y ss.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 34v. y ss.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 53 y ss.
AHPSa. Prot. 6198, f. 60.
AHPSa. Prot. 6199, ff. 4 y ss.
AHPSa. Prot. 6199, f. 102v.
AHPSa. Prot. 6202, f. 50.
AHPSa. Prot. 6207, ff. 17-19.
AHPSa. Prot. 6205, f. 80.
AHPSa. Prot. 6216, f. 24.
AHPSa. Prot. 6216, f. 80v.
AHPSa. Prot. 7523, fs.
APStbñz. Inventario de Nuestra Señora del Rosario del año 1761. sf.
AHPSa. Prot. 6230, ff. 36 y ss.
AHPSa. Prot. 6143, f. 21.
AHPSa. Prot. 6235, f. 366.
AHPSa. Prot. 6237, f. 41.
AHPSa. Prot. 6237, f. 42v.
AHPSa. Prot. 6240, ff. 65 y ss.
AHPSa. Prot. 6240, f. 65v.
AHPSa. Prot. 6240, f. 59.
AHPSa. Prot. 6240, ff. 76v y ss.
Don Gome de Benavides, Señor de Frómista y de Valdematilla, por testimonio de Fernán Rodríguez de Alfontes y Diego Rodríguez del Burguillo, escribanos, otorga escritura de donación de este monasterio de Zarzoso, que es en Valdematilla, en 28 de mayo de 1455, y lo dona con la dehesa de Navahermosa.
AHPSa. Prot. 6241, f. 266v.
AHPSa. Prot. 6242, f. 4.
AHPSa. Prot. 6243, f. 266 y ss.
AHPSa. Prot. 6251, f. 142.
AHPSa. El brazal o brazalera (en Mogarraz esquilera) se conserva actualmente como pieza-testigo en el traje de Vistas, de donde cuelgan relicarios, medallas, dijes, esquilas, cascabeleras y otras joyas y amuletos, generalmente de tamaño regular o grande, no joyas pequeñas, como este corazoncito del documento.
AHPSa. Prot. 6247, f. 46v.
AHPSa. Prot. 6247, ff. 118 y ss.
AHPSa. Prot. 6248, f. 90.
AHPSa. Prot. 6248, f. 135.
AHPSa. Prot. 6251, f. 142.
AHPSa. Prot. 6251, f. 92v.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 144 y ss.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 115 y ss.
AHPSa. Prot. 6252, f. 207v.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 125 y ss.
AHPSa. Prot. 6216, f. 80v.
AHPSa. Prot. 6313, f. 33.
AHPSa. Prot. 6317, ff. 82-87v.
AHPSa. Prot. 6317, ff. 16-18.
AHPSa. Prot. 6922, ff. 47 y ss.
AHPSa. Prot. 6923, ff. 66 y ss.
AHPSa. Prot. 6923, ff. 57 y ss.
APV. Inventario de Nuestra Señora del Rosario del año 1737, ff. 64 y ss.
AHPSa. Prot. 6321, f. 111.
AHPSa. Prot. 6322, ff. 114 y ss.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 76-78.
AHPSa. Prot. 6166, f. 3.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 206-211.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 36-54.
AHPSa. Prot. 6328, f. 148.
AHPSa. Prot. 6328, f. 218.
AHPSa. Prot. 6330, ff. 31 y ss.
Entre los siglos XVII y XIX están documentadas seis poblaciones con imágenes de devoción de santa Teresa en sus casas. Candelario en 1705, 1 obra; Cepeda, en 1649, 4; Miranda, en 1712 y 1765, 3; San Martín del Castañar, en 1736 y 1783, 3; Sequeros entre 1698 y 1742, 6 obras; Sotoserrano, año 1833, 1 obra. En total, 18 piezas: 11 pinturas, entre grandes y pequeñas; de una de ellas se dice que es «antigua»; 2 estampas o grabados y 5 hechuras de bulto, una de yeso, una de hierro y tres de barro, dos de ellas «guarnecidas de mano de monxas», piezas que, de figuras «de gracia», fueron convertidas en «vestideras» (Cea 1993: 213-288). En inventario de San Martín del Castañar, año 1742, se cita una Vida y obra de Santa Teresa. AHPSa. Prot. 6203, f. 61.
Entre los años 1733 y 1781, en la documentación consultada para este estudio, se cuentan 12 Teresas (le sigue el nombre de María, que había sido el más abundante hasta entonces, con 10 ejemplos, con 4 el de Ana y el de Catalina con 3): Theresa González, 1733; Theresa Pérez de Simón, 1743; Theresa Pérez Calama, 1745; Theresa Escudero,1748; Theresa Fernández, 1755; Theresa González, 1758; Theresa González, 1761; Theresa Curto, 1763; Teresa Phelipe, 1763; Theresa Martín, 1765; Theresa Marcos, 1776; Theresa Maíllo, 1781.
APSEtbn. Cuentas de la hermita de San Juan de los Pajares que comenzaron en 1695, f. 20v. Además de los abundantes relicarios embutidos con agnusdei y otras devociones en hechura de cera en el siglo XVIII, quedaban también de esa época, en los años 70 del pasado siglo, deliciosos ejemplos de conventinos y teatrinos con escenas religiosas y profanas en colecciones particulares salmantinas, realizados con ese material.
Francisco del Mercado, entre otras obras realizadas en la Sierra, decoró con pinturas las paredes del Humilladero de San Martín, actualmente perdidas. En el inventario de su viuda, año 1671, que casó en segundas nupcias con Domingo Hidalgo, constan, entre otros bienes, lo que suponemos era la obra que dejó el pintor en el taller a su muerte sin vender, más la que adornaba las paredes de su casa: «un quadro de zinco quartas en largo y bara de ancho, pintura de Nuestra Señora. Otro país pequeño en que está pintada una montería. Un quadro de zinco quartas en largo y bara de ancho, pintura de Nuestra Señora del Río. Otro quadrito pequeño, retrato de Juan del Mercado. Quadro de bara y media de largo y tres quartas de ancho, pintura de Nuestra Señora del Carmen, sin marco, casi nueva. Dos papeles de pinturas francesas, largos. Un lienzo en que está pintado San Francisco». AHPSa. Prot. 6189, f. 10 y ss.
AHPSa. Prot. 6102, f. 45v.
AHPSa. Prot. 6103, f. 98.
AHPSa. Prot. 6103, f. 81.
AHPSa. Prot. 6107, f. 69.
AHPSa. Prot. 6108, f. 107.
AHPSa. Prot. 6107, ff. 194 y ss.
AHPSa. Prot. 6108, f. 107.
AHPSa. Prot. 6111, f. 93.
AHPSa. Prot. 6112, f. 11.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 131 y ss.
AHPSa. Prot. 5992, ff. 163 y ss.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 113-116.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 3 y ss.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 45-50v.
AHPSa. Prot. 6007, ff. 61 y ss.
AHPSa. Prot. 6007, ff. 142 y ss.
AHPSa. Prot, 6008, ff. 131 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 243 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 243 y ss.
AHPSa. Pro 6017, ff. 214 y ss. Una lectura más fría nos inclinaría a entender el término hermosa como de figura oronda y de buenos colores en el rostro. Hasta los años 50 del pasado siglo, el canon de la belleza en la mujer seguía pautas que ya trae en 1627 el Maestro Gonzalo Correas en su Vocabulario de Refranes… (2000: 433, refrán 569).
AHPSa. Prot. 6023, f. 90v.
AHPSa. Prot. 6144. ff. 51 y ss. Es curiosa esta temprana devoción de la familia mirandeña de los «Diezes» hacia la Venerable Sor María de Jesús de Ágreda (1602-1665), a tan sólo 50 años de su muerte. Fue proclamada venerable en 1675. Franciscana concepcionista, fundadora, escritora mística y evangelizadora, tuvo abundante correspondencia con el rey Felipe IV, de quien fue consejera. En la Sierra de Francia se venera una pintura en el monasterio de Zarzoso, además del relicarcito-retrato bordado de Cepeda, que desapareció por un incendio en 2019.
AHPSa. Prot. 6149, ff. 345 y ss.
AHPSa. Prot. 6149, sf.
AHPSa. Prot. 6181, ff. 25v y ss.
AHPSa. Prot. 6182, ff. 18v-19.
AHPSa. Prot. 6186, f. 130v.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 130 y ss.
AHPSa. Prot. 6186, f. 179.
AHPSa. Prot. 6920, f. 25v.
AHPSa. Prot. 6921, ff. 11-14v.
AHPSa. Prot. 6189, ff. 10 y ss. Además de esta joya, figuran «un corazón de plata, obra de filigrana, aumado; una joita de plata y en la vidriera, en la una, un cruzifijo y en la otra la Anunziación de Nuestra Señora, la del crucifixo, quebrada». En ese mismo año y protocolo (ff. 246 y ss.), María de los Reyes, entonces avecindada en Texeda y viuda en primeras nupcias del pintor, dejaba mandado en testamento: «a mi criada María un manteo de cada día, a mi tía, «la Merina», una toca y un mandil, y a Ana, criada del Lzdº Corral, el sayuelo que traigo a cada día».
AHPSa. Prot. 6190, ff. 86 y ss.
AHPSa. Prot. 6194, f. 257.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 54 y ss.
AHPSa. Prot. 6199, ff. 123-125.
AHPSa. Prot. 6203, f. 71v.
AHPSa. Prot. 6197, f. 41v.
AHPSa. Prot. 6216, f. 80v.
AHPSa. Prot. 6230, f. 155.
AHPSa. Prot. 6230, f. 8 y ss.
AHPSa. Prot. 6237, f. 10v.
AHPSa. Prot. 6238, f.1v.
AHPSa. Prot. 6240, ff. 87 y ss.
AHPSa. Prot. 6244, f. 21v.
AHPSa. Prot. 6247, sf. «Pintado en cristal» o «sobre cristal» es como aparece en todos los documentos que conozco sobre pinturas de cuadros y relicarios con esta modalidad. Nunca «bajo cristal».
AHPSa. Prot. 6240, ff. 9 y ss.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 129 y ss.
AHPSa. Prot. 6327, ff. 214-225.
AHPSa. Prot. 6328, ff. 191 y ss.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 70-72v.
La belleza de las joyas serranas y candelarias es un proyecto de publicación multimedia realizado por la biblioteca Tomás Navarro Tomás del CCHS-CSIC en colaboración con el Centro de Estudios Salmantinos y la supervisión científica de Antonio Cea, autor de la publicación.
Cita: La sagrada belleza de las joyas serranas y candelarias [en línea] http://biblioteca.cchs.csic.es/JoyasSerranas/ [fecha de consulta]