ESCARBADOR, ESCARBADIENTES, MONDADIENTES, PAJUELA Y BARAJA DE ESCARBAR
Estas cinco palabras: escarbador, escarbadientes, mondadientes, pajuela y baraja de escarbar (de términos tan descarados para ser joyas), tuvieron en la Sierra de Francia y Candelario una presencia documentada desde 1660, que eclosionó durante el siglo XVII y llegó hasta el año 1853, en el siglo XIX.
Convertidas en joyas-utensilio para la boca y para los oídos, sin dejar de ser amuletos, estas piezas (imposibles de imaginar hoy si no es como elemento de exclusiva y personal utilidad higiénica, como cepillo de dientes y como bastoncillo de los oídos), nos escandalizan por su evidente obscenidad de uso, en público y en sagrado, por muy camuflada que tuvieran su función, pendiendo de brazaleras, de las orejas, de hilos, vueltas y argollas para el cuello, o como extremos en los rosarios. Las clases llanas tuvieron que acostumbrarse a soportar cómo las elites, en evidente provocación, hacían alarde de bienestar y de posición social, real o aparente, llevándose a la boca semejante joya en forma de corazón, de trucha, de bastos de baraja y de pajuela; moda que, como suele, quedó posteriormente relegada y adoptaron los estratos inferiores556. Aún es posible ver hoy, en ámbitos socialmente residuales, aquel antiguo gesto, en forma heredada de tic, del palillo de dientes, paseado inútilmente en público por los labios de algún hombre de edad.
Durante los diez fértiles años que dediqué al estudio de la indumentaria serrana y candelaria, no me fue fácil percibir que el escarbador o escarbadientes encubría sus funciones bajo hechuras de joyas religiosas y amuletos. Durante años, estuve identificando el basto de la baraja como una medialuna doble, y en el escarbador en forma de corazón transverberado sólo veía el de santa Teresa, pero no su tan afilado remate, y es que se incluían ambas fórmulas en una sola pieza. En realidad, estas joyas-utensilio irrumpieron como manieristas juegos sociales bajo ingeniosas fórmulas que disimulaban su abierta utilidad como objetos para la salud y la higiene personal, en un tiempo nuevo en el que el cuerpo no era ya algo negativo (Martínez de Castrillo: 1557). Pasaban así por dijes, joyeles y joyas de carácter religioso, en facción de medallas. Las variantes más abundantes son cordiadas, también en figura de alfanje y como cañuto o pajuela. La voz más arcaica (y más amplia) es la de escarbador, con mayor vigencia en el tiempo, y la de escarbadientes y mondadientes las más modernas.
Paolo Piquereddu557 analiza la importancia de los amuletos en la cultura material y socio-religiosa sarda, destacando el uso del escarbadientes (spugliadentes), con una información espléndida de su evolución espacio-temporal y abundantes ilustraciones de esta joya-utensilio colgando de cadenillas de plata en variantes cordiadas, antropomorfas, zoomorfas y a ventaglio (conjunto en abanico formado por varios elementos que se abren o se cierran a merced), procedentes de diversas colecciones, públicas y privadas, que se han conservado por venir de antiguas mandas devocionales. Destaca este autor la profunda influencia ibérica en la Cerdeña del Cinquecento y cómo «los cirujanos españoles aconsejaban en sus manuales la utilización de artilugios de plata, vivamente recomendados para la higiene de dientes y encías». Añade Piquereddu cómo Francisco Martínez de Castrillo, dentista del Príncipe Carlos, hijo de Felipe II, recomendaba en 1557:
Utilizar un mondadientes de plata que se ha de tener siempre en casa y cuando vaya el barbero a hacer la barba se le dará, para que con el tal mondadientes quite la tova [sic por sarro]; en cuanto al mondadientes, tiene cuatro piezas que sirven para limpiar la dentadura, dos más anchos como pequeños escoplos y dos puntiagudos. Estos mondadientes eran fabricados por el platero Miguel Sánchez, en el Corral de La Copena, en Valladolid.
Las señas de este platero vallisoletano pueden ser una pista certera sobre la procedencia de los escarbadientes que llegaron como novedad a tierras salmantinas en esos años.
La situación de esta pieza en el traje de Vistas, tal y como se presenta hoy en las piezas-testigo conservadas, se localiza como «extremo» en alguna de las vueltas y brazaleras de plata y coral, a la altura del corazón, fácil de manejar con la mano derecha. Suele figurar documentalmente en vueltas y manojos de coral y gabanzas de plata en hilos y sartas. También en argollas, gargantillas y en rosarios en figura de pajuela alternando con cruces y medallas, formando parte de una brazalera y como apéndice de una trucha de plata. En algún caso se describen en estuche, aún sin estrenar, o como parte de unas arracadas para hurgarse los oídos. Prendido de un jubón de mujer, de una almilla e incluso como manda piadosa, adornando la tan venerada imagen de Nuestra Señora de Gracia en el convento franciscano de San Martín del Castañar.
El escarbador es de plata lisa o labrada, también ahumado, bañado o de plata sobredorada y en un caso en hechura de piedra. En media docena de documentos se presenta con guarnición de piedras de colores (una, dos, tres y hasta cinco), engastadas en forma de «mesilla», como si se tratara de una «tumbaga» central, o con «goteras» en los extremos. Su tamaño puede ser pequeño, mediano y grande y su precio oscila entre los 3 reales (en algunos ejemplos de los llamados «de corazón»); de 4, de 8, de 12 reales con cadena de plata, y de 16 reales los de tamaño grande y cadena de plata, en los escasos ejemplos que se tasan como pieza sola. En un mismo inventario, incluso en un mismo collar, puede haber alojados dos y hasta tres escarbadores. Esta pieza se cita colgando de una cadena de plata (sólo en un ejemplo es de latón), salvo cuando figura como extremo de rosario y de arracadas y casi siempre comparte espacio con medallas, relicarios y dijes; en un caso, atado a un cordoncillo. Está presente en inventarios de bienes, en enteros, cartas de pago, testamentos y dotes en el apartado de «alhaxas», o «al tiempo en que me casé».
Autoridades (1732) define el escarbadientes como «instrumento hecho de oro, plata u otro metal, delgado y algo corvo y puntiagudo para limpiar los dientes, que de ordinario se solía traher pendiente de alguna cadenita o listón delante del pecho. Modernamente se llama mondadientes». Mientras en este Diccionario el escarbadientes se ve ya pasado y en desuso (al menos en la Corte), estaba alcanzando su tiempo de esplendor en la Sierra, donde se fosiliza. Este término y su uso, tan explícito, fue cambiando hacia el más discreto de palillo, pajuela o mondadientes, ya sólo para limpiar, no para presumir de haber biencomido, o estar orando en la iglesia y empleándose en este desacertado menester. Sobre la vacilación o variedad del uso entre los términos escarbador y mondadientes hay un ejemplo bien explícito de pentimento en documento de San Martín del Castañar, año 1669: «un escarbador, digo un mondadientes de plata en forma de corazón»558. Seguramente se estaba diferenciando aquí el escarbadientes de lo que conocemos hoy como palillo y bastón de los oídos. Se autocensuró el tasador que estaba «cantando el inventario» o lo hizo el propio escribano.
Tirso de Molina, en Quien no cae no se levanta559, emplea las voces mondadientes y palillos en boca de Alberto, personaje que sale a escena con una caja llena de buhonerías mientras pregona
¿Compran peines […] mondadientes,
[…] sangre de drago en palillos?
En La Desordenada Codicia de los Bienes Ajenos, obra de Carlos García (1977 [1580]) y entre gentes de mal vivir y sin higiene, uno de los elementos innombrables es el mondadientes: «el peine, mondadientes, escovilla, lienço de narices, espexo y xaboncillo están desterrados deste lugar».
El palillo de dientes como elemento que da pie a lo jocoso y al juego de una doble intencionalidad, disparatada e hilarante, aparece en un pasaje de La Entretenida de Cervantes (1918: 5-11), donde un amante alcorzado y sin dientes le pide a una fregona que le procure un palillo de su ama de la que está enamorado, pagando por ello cuatro doblones. Se mezclan aquí lo jocoso, la sátira y el abuso con el controvertido tema de las reliquias. El amante «engastándole en oro se lo colgó al cuello, cual si fuera reliquia de algún santo» [gimiendo de hinojos ante ese palo seco]. Se trata de una parodia y topos contra la fe, que vence sobre la propia falsedad de la reliquia y puede llegar a hacerla milagrosa, como demuestra Correas en su tan acertado refrán: «Lo que sana es el palo de la barca»560.
La popularización hacia el 1600 de la codiciada fórmula del escarbadientes como joya viene a coincidir en el tiempo con la de la devoción al Corazón de Jesús, y también con la divulgación como reliquia de la llamada «Firma de la Santa Madre Teresa» y la estampa de su Transverberación, de la que dos de las joyas–testigo que fotografiamos y dibujamos parecen réplica.
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Con una vida documental de 193 años (primer documento en Cepeda, en 1660, y también el último, en 1853), suman un total de 177 menciones de esta joya-utensilio. 14 ejemplos corresponden al siglo XVII, 144 al XVIII y 19 al siglo XIX, en las siguientes poblaciones: Cepeda 66 ejemplos; Villanueva 35; Sequeros 30; la Alberca 11; Miranda 10; San Martín 8; Garcibuey 4; Casas del Conde 4; Sotoserrano 3; Candelario 2; Arroyomuerto (hoy San Miguel de Robledo) 2; Monforte 1; Santibáñez 1. En 112 documentos figura esta joya-utensilio como escarbador, en 57 como escarbadientes, en 4 como mondadientes, en 3 como pajuela y sólo en 1 como baraja de escarbar.
Desgraciadamente, de la documentación notarial de la villa de Mogarraz sólo se conservan los protocolos relativos a la escribanía de Francisco González Huebra, correspondientes a los años 1862, 1863 (AHPSa. Prot. 7986) y 1864 (AHPSa. Prot. 7987).
Para el entero que Isabel Matheos, viuda de Francisco González, otorga a su hijo, Juan González del Tablado: “nombraron por fieles tasadores y contadores a Francisco González de la Güebra y a Juan González, organista, vezinos deste dicho lugar que, estando presentes, azeptaron y juraron en forma, y se dio prinçipio a los imbentarios, tasa y adjudicación”. (AHPSa. Prot. 6143, f.51) (Cea 1978: 169-232).
Contabilizamos sólo las piezas que consideramos joyas-utensilio (cucharas y tenedores «de vestir», colgando de alguna prenda). En algunos casos «el macho y la hembra» forman una misma pieza. No obstante, aparece también documentada la otra familia de cucharas y tenedores, cubiertos exclusivos de mesa y auxiliares de cocina.
AHPSa. Prot. 6103, ff. 81v y ss.
AHPSa. Prot. 6111, f. 81.
AHPSa. Prot. 6127, f. 12v.
AHPSa. Prot. 6127, f. 12v.
AHPSa. Prot. 1132, f. 101.
AHPSa. Prot. 5981, ff. 152-159v.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 138-157v.
AHPSa. Prot. 5984, ff. 100 y ss.
AHPSa. Prot. 5995, f. 141.
AHPSa. Prot. 5999, f. 79.
AHPSa. Prot. 6903, f. 23.
AHPSa. Prot. 6903, f. 60.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 15-19v Sic por machihembrado, encastrado.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 15-19v.
AHPSa. Prot. 6002, f. 60.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 180 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 6 y ss.
Las razones de la buena apariencia en los viajes tienen ejemplos muy ilustrativos en los de Sevilla a las Indias (Cea y García Mouton 2001: 327-354).
AHPSa. Prot. 6147, f. 75.
AHPSa. Prot. 6175, f. 87 y ss.
AHPSa. Prot. 6147, f. 82v.
AHPSa. Prot. 6165, f. 26.
AHPSa. Prot. 6917, f. 161v.
AHPSa. Prot. 6179, f. 119v.
AHPSa. Prot. 6183, f. 27.
AHPSa. Prot. 6183, f. 12.
AHPSa. Prot. 6183, f. 36v.
AHPSa. Prot. 6184, f. 60.
AHPSa. Prot. 6225, ff. 42v y ss.
AHPSa. Prot. 6235, f. 40.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 137v.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 104-115v.
AHPSa. Prot. 6313, f. 33.
Se llaman y son escancianos los seis últimos mozos que han contraído matrimonio el año anterior, nombrados por el Ayuntamiento el primer día de enero en el atrio de la iglesia, a la salida de misa mayor: «El casado más antiguo de los seis era considerado jefe. Esa noche –iluminados por el farol que portaba el escanciano primero, abriendo la comitiva, y los cinco restantes, cada uno tocando la sartén con una llave y acompañados del tamboril y la gaita– iban a felicitar los Años Nuevos a las autoridades (concejo, clero, juez y escribano). Escancianos y escancianas tenían que organizar seis cenas, una en casa de cada uno de los matrimonios, y todas debían ser exactamente iguales en cantidad y menú. La primera tenía lugar el día de Reyes; la segunda, el 2 de febrero, día de las Candelas; la tercera, la Pascua de Resurrección; la cuarta, el jueves de la Ascensión; la quinta, la Pascua de Pentecostés o «Pascuaencima» y, la sexta y última, el jueves de Corpus Christi. Al final de la cena bailaban estos seis matrimonios en casa hasta el amanecer. Los escancianos tenían como obligación correr los gallos el lunes de Aguas y «dar el trago» de vino el día de la romería. Vestidos con sus mejores galas, «corrían los gallos» a caballo en el solano de la iglesia. Colocaban un cordel, de esquina a esquina de la calle, al que ataban seis gallos, junto a las «casas de la cruz», y cada uno de los escancianos arrancaba la cabeza a su gallo «a tirón», carrera arriba, carrera abajo, a caballo. Esa noche se cenaba el gallo con toda la familia, y al día siguiente el Ayuntamiento les obsequiaba con una «galleta» de vino, que viene a hacer como medio cántaro y cenaban los seis juntos. Durante los tres días de Carnaval se celebraba baile en la plaza. Las mozas, con sus mejores trajes, daban vueltas diciendo «hu, hu, hu», otras iban vestidas de «hilanderas». A las que estaban «majas» no les tiraban el «sillo» o aguamiel, sino a los «ensabanaos». El martes de Antruejo salían a caballo los seis matrimonios escancianos con los «maragatos» [vistosos adornos de las caballerías, denominados así, quizá, por el recuerdo de los que llevaban las de los maragatos, cuando, arrieros serranos y maragatos, se cruzaban en sus correspondientes andaduras. Las caballerías serranas, tradicionalmente adquiridas en la arriería a Galicia, iban muy enjaezadas en esta celebración, con la enjalma, sobrenjalma y los ataharres de atrás, de colores muy vivos]. El marido iba delante, con la bota de vino y cigarros para ofrecer a los más allegados, la mujer atrás, sentada a la mujeriega y engalanada con cintas portuguesas antiguas, de las de «pulir a los santos» [sic por adornar], y caramelos para tirar obsequiando. Llevaban las caras cubiertas con máscaras y cuando encontraban a un amigo el escanciano le daba la bota de vino y ella un puñado de caramelos». Informó, en abril de 1979, el matrimonio formado por Moisés Serrano y Francisca Becerro, que fueron escancianos durante el año 1945. De algún modo, ese papel comunitario de los seis «escancianos» se completaba con el (litúrgico-jocoso) de los «coscorroneros», dos jóvenes que, habiendo contraido matrimonio el año anterior, apostados junto a las pilas de agua bendita (cercanas a las puertas de acceso al templo), con un palo y una vejiga en el extremo, tenían la función de aporrear a quienes, distraídos al entrar en la iglesia para asistir a los oficios de Semana Santa, entre el jueves y el sábado de gloria, intentaban tomar agua bendita para santiguarse.
En el catálogo de Fernando Durán, Subastas de Arte, mayo de 1989 (nº 572, p.135), salió a subasta un barquillo, machiembrado, de plata con marcas de Salamanca, fiel contraste de Juan Montero, del platero Cardeñosa, año 1759, e inscripción que dice: “Jvan del Pverto”, apellido notable de Mogarraz y La Alberca. Coincidencias que hacen pensar en una más que probable pieza-testigo mogarreña.
AHPSa. Prot. 6143, f. 51.
AHPSa. Prot. 6143, f. 51 y ss.
AHPSa. Prot. 6103, ff. 81v y ss.
AHPSa. Prot. 6105, f. 138.
AHPSa. Prot. 6106, f. 184.
AHPSa. Prot. 6107, ff. 194 y ss.
AHPSa. Prot. 6107, f. 69.
AHPSa. Prot. 6107, ff. 194 y ss.
AHPSa. Prot. 6107, f. 69.
AHPSa. Prot. 6111, f. 81.
AHPSa. Prot. 6112, f. 4.
AHPSa. Prot. 6120, f. 116v.
AHPSa. Prot. 6127, sf.
ADS. 113/35. Estas Constituciones constan de 40 folios aprovechados solamente por el folio recto. Según el informante y cofrade Tomás de los Hoyos Martín, es tradición que los bizcochos con que se convida en el refresco de esta fiesta tienen la medida de los pies de Cristo.
AHPSa. Prot. 6198, f. 4.
AHPSa. Prot. 1132, f. 101.
AHPSa. Prot. 1136, f. 9.
AHPSa. Prot. 1138, ff. 8 y ss.
AHPSa. Prot. 1139, ff. 1-6.
AHPSa. Prot. 1141, f. 40v.
AHPSa. Prot. 1142, f. 9v.
AHPSa. Prot. 7751, f. 27.
AHPSa. Prot. 5981, ff. 152-159v.
AHPSa. Prot. 5982, f. 214v.
AHPSa. Prot. 5984, ff. 100 y ss.
AHPSa. Prot. 5985, ff. 58-61v. La informante Ascensión Sánchez nos contaba, en marzo de 2020, que las dos familias tradicionalmente más ricas de Cepeda eran las de los Gascón y los Felipe.
AHPSa. Prot. 5984, ff. 90-103v.
AHPSa. Prot. 5988, ff. 21.23v.
AHPSa. Prot. 5991, ff. 89-93v.
AHPSa. Prot. 5991, ff. 174 y ss.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 75-76v.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 138-157v.
Cruz Valdovinos, José Manuel (2006: 264-265). Vaso de camino de los de encaxe con marca de la ciudad de Salamanca, por el mercader Francisco Villarroel, entre 1707 y 1749, figs: 124-125.
Sanz Serrano (1986:97), explicando la figura nº 66 de Antiguos dibujos de platería sevillana, presenta «tres vasos cilíndricos lisos, metidos unos dentro de otros, siendo el más pequeño el único que tiene una moldura en el borde. Su título no tiene duda, ya que dentro del vaso mayor se halla su nombre, «vasos restrañidos» o «juego de vasos», y da como fecha la de 1679.
AHPSa. Prot. 5994, ff. 161-162v.
AHPSa. Prot. 5994, ff. 3-6v.
AHPSa. Prot. 5994, ff. 108-118v.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 117-123v.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 124-127.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 27-28.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 61-66.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 75-78v.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 124-127v.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 75-78v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 289-294v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 301-306.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 96-102v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 200-211.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 268-271v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 197-202.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 132-133v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 236-239
AHPSa. Prot. 5998, ff. 216-219.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 96-99v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 27-32.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 47-48v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 134-137.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 46-51v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 778y ss.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 127-131.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 71-75v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 126-132.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 13-17.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 11bis-19 bis.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 1-4v.
AHPSa. Prot. 6903, f. 15v.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 18-21.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 15-19v. Este vaso de Cepeda con encaje, de camino, viene a coincidir con los estudiados por Cruz Valdovinos de la Colección Hernández –Mora Zapata, op. cit., con marca salmantina de Francisco Villarroel, figs. 124-125, pp. 264-265.
AHPSa. Prot. 6000, f. 31v.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 29-32v.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 77-82.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 9-10v.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 48-54.
AHPSa. Prot. 6002, f. 60.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 48-54.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 52-57v.
AHPSa. Prot. 6005, ff. 72-77.
AHPSa. Prot. 6006, ff. 77-81v.
AHPSa. Prot. 6007, ff. 142 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 180 y ss.
AHPSa. Prot. 6009, ff. 100 y ss.
AHPSa. Prot. 6010, ff. 148 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff.40 y ss.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 6 y ss.
AHPSa. Prot, 6020, f. 100.
AHPSa. Prot. 6021, f. 88.
AHPSa. Prot. 6993, sf.
AHPSa. Prot. 6144, ff. 170 y ss.
AHPSa. Prot. 6175, ff. 86 y ss y 92 y ss. Entre otros muebles y alhajas que figuran en este testamento y en el inventario post mortem, destacan «el escritorio grande, de fábrica de Salamanca, que está en la sala contigua al huerto, sobredorado con cuatro cajones y pizarra enzima, un espadín con puño y cabos de plata, tres bufetes, diez sillas de moscobia y madera de nogal, un escritorio dorado con tapa de nogal, un escritorio de concha, quatro bancos de respaldo, una Bandeja de plata laboreada de 30 onzas, una servilla [sic por salvilla ¿ la que le había dejado en testamento a su sobrino Francisco Pablo? ] de plata de 32 onzas, un jarro de plata de 16 onzas, otro jarro de plata de 24 onzas, un espadín con empuñadura de plata y su viricú; las armas de la descendencia y antezesores de Don Antonio, dos tapices de colgadura y una caja de pino con dos pelucas blancas. En el bendedero [de la bodega], una cuba bazía, de mano, de doze cántaros».
APM. Inventario de Nuestra Señora de la Questa que comienza en el año 1637, sf.
AHPSa. Prot. 6179, ff. 141-145v.
AHPSa. Prot. 6180, f. 110.
AHPSa. Prot. 6180, f. 68v.
AHPSa. Prot. 6183, f. 27.
AHPSa. Prot. 6183, f. 12.
AHPSa. Prot. 6184, f. 49.
AHPSa. Prot. 6184, ff. 60 y ss.
AHPSa. Prot. 6186, f. 233.
AHPSa. Prot. 6186, f. 238v.
APSEstbn. Cuentas de la Ermita de Nuestra Señora de la Leche de 1681, sf.
APSEstbn. Cuentas de la Ermita de la Leche de 1690, sf.
APSEstbn. Inventario de alhajas de Nuestra Señora de la Paz, sf.
AHPSa. Prot. 6189, ff. 10 y ss.
AHPSa. Prot. 6193, f. 95.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 34 y ss.
AHPSa. Prot. 6199, ff. 123-125.
AHPSa. Prot. 6021, fs.
AHPSa. Prot. 6225, f. 39.
AHPSa. Prot. 6225, f. 92v.
AHPSa. Prot. 6225, ff. 25 y ss.
AHPSa. Prot. 6232, f. 63.
AHPSa. Prot. 6232, f. 63.
AHPSa. Prot. 6235, f. 151.
AHPSa. Prot. 6235, f. 382.
AHPSa. Prot. 6237, ff. 3v y ss.
AHPSa. Prot. 6238, ff. 10 y ss.
AHPSa. Prot. 6243, f. 37.
AHPSa. Prot. 6298, ff. 47-50.
AHPSa. Prot. 6299, f. 56.
AHPSa. Prot. 6302, f. 112.
AHPSa. Prot. 6305, f. 56.
AHPSa. Prot. 6306, ff. 154-158.
AHPSa. Prot. 6322, f. 137v.
AHPSa. Prot. 6322, ff. 54-60.
AHPSa. Prot. 6913, f. 182.
La figura del escribano aparece documentada en esta comarca serrana, en más de una ocasión, como pendenciero, bravucón y de vida disoluta, en este caso en «líos de faldas». En la villa de Cepeda, año 1733, se afirma «que Sevastián Díez y Varrio, excrivano numerario de ella, á dado mucho escándalo y mal exemplo, a sus vecinos por haber andado mal entretenido con cuatro o zinco mujeres casadas y, en ellas, una viuda […], condenándole el Juez Eclesiástico de este obispado, en dos años de destierro». AHPSa. Prot. 6240, ff: 3 y ss. Díez Barrio consta como escribano de número en Cepeda desde 1712 a 1730 (protocolos nº: 5999, 6903 y 6000), y desde 1738 a 1747 respectivamente (prots. nº 6002-6003 y 6004).
Sobre el tema de la apariencia, vid. en Molina Álvaro y Jesusa Vega (2004) especialmente los capítulos 4 y 5 sobre La cuestión de la apariencia y la construcción de la imagen pública, y El lujo y la moda en la construcción de las apariencias, pp. 88-142. También Cea (2002: 101-133).
(Piquereddu 2004: 317-370, figs. 162-166, 616-631). Refiriéndose al escarbadientes, informa el autor del siguiente tratado en la nota 6: "F. Martínez del Castrillo, Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca, Valladolid, 1557".
AHPSa. Prot. 6189, ff. 76v.
Cito por la edición crítica de Blanca de los Ríos (1958: 863), Tomo III, Acto I.
Sobre este refrán, vid. Cea (1992: 25-26 y 1999: 204).
AHPSa. Prot. 6143, ff. 51 y ss.
AHPSa. Prot. 5985, ff. 34 y ss.
AHPSa. Prot. 5986, ff. 23-25v.
AHPSa. Prot. 5986, ff. 23-25v.
AHPSa. Prot. 5988, ff. 21-23v.
AHPSa. Prot. 5990, ff. 26-28.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 117-123v.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 89-92v.
AHPSa. Prot. 6189, ff. 76 y ss.
AHPSa. Prot. 6189, ff. 76 y ss.
AHPSa. Prot. 6320, ff. 56 y ss.
AHPSa. Prot. 6233, ff. 245v y ss.
AHPSa. Prot. 6303, f. 175.
AHPSa. Prot. 6145, f. 30.
AHPSa. Prot. 6103, f. 98.
AHPSa. Prot. 6105, f. 115.
AHPSa. Prot. 6108, f. 127v.
AHPSa. Prot. 6109, f. 4.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 47 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 5 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 9 y ss.
AHPSa. Prot. 6118, f. 161.
AHPSa. Prot. 1139, ff. 1-6.
AHPSa. Prot. 5976, ff. 27 y ss.
AHPSa. Prot. 5978, ff. 137 y ss.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 61-66v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 130-135v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 157-161v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 274-279v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 336-339.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 398-401.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 190 y ss.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 46-51v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 71-75v.
AHPSa. Prot. 6903, f. 23.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 18-21.
AHPSa. Prot. 6000, ff.2-3v.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 56-60.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 1-4.
AHPSa. Prot. 6000, ff. 55v-60v. La cursiva es mía.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 191-194v.
AHPSa. Prot. 6004, ff.191-194v.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 15-21v.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 79-82v.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 140v y ss.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 152-154v.
AHPSa. Prot. 6004, ff. 236-238.
AHPSa. Prot. 6006, f. 81.
AHPSa. Prot. 6005, ff. 72-77.
AHPSa. Prot. 6006, ff. 77-81v.
AHPSa. Prot. 6006, sf.
AHPSa. Prot. 6007, ff.137 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 5 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 9 y ss.
AHPSa. Prot. 6009, ff. 45 y ss.
AHPSa: Prot. 6010, ff. 212 y ss.
AHPSa. Prot. 6012, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6010, ff. 221-224.
AHPSa. Prot. 6011, ff. 26 y ss. La advocación de Nª Sª de los Remedios, en la parroquial salmantina de San Julián, fue también muy venerada en esta Serranía de Francia, devoción atestiguada con mandas de misas en testamentos. En inventario de Agustina Rodríguez, Sequeros, año 1705, consta «una Lámina nueba de Nuestra Señora de los Remedios». AHPSa. Prot. 6237, f. 37v.
AHPSa. Prot. 6012, ff. 81 y ss. La Cruz de los Ángeles o Cruz de Oviedo tuvo importante presencia en la joyería serrana en el siglo XVIII: 29 piezas en La Alberca entre 1750 y 1775 y 3 en Cepeda, entre 1772 y 1788. En La Alberca se conservan cuatro ejemplos en 1801 y 1804 y 2 en Cepeda, años 1804 y 1806. También, la segoviana advocación de Nª Sª del Henar, tanto en medallas como en estampas grabadas. (Cea 1996: 187-236).
AHPSa. Prot. 6012, ff. 81 y ss. La Cruz de los Ángeles o Cruz de Oviedo tuvo importante presencia en la joyería serrana en el siglo XVIII: 29 piezas en La Alberca entre 1750 y 1775 y 3 en Cepeda, entre 1772 y 1788. En La Alberca se conservan cuatro ejemplos en 1801 y 1804 y 2 en Cepeda, años 1804 y 1806. También, la segoviana advocación de Nª Sª del Henar, tanto en medallas como en estampas grabadas. (Cea 1996: 187-236).
AHPSa. Prtp. 6012, ff. 142 y ss.
AHPSa. Prot. 6012, ff. 187 y ss.
AHPSa. Prot. 6013, ff. 65 y ss.
AHPSa. Prot. 6013, f. 10v.
AHPSa. Prot. 6015, ff. 3 y ss.
AHPSa. Prot. 6017, f. 233.
AHPSa. Prot. 6017, ff. 187 y ss.
AHPSa. Prot. 6150, f. 199v.
AHPSa. Prot. 6145, f. 3v.
AHPSa. Prot. 6194, f. 97.
AHPSa. Prot. 6204, f. 1v.
AHPSa. Prot. 6147, f. 82v.
AHPSa. Prot. 6236, ff. 20 y ss.
AHPSa. Prot. 6237, ff. 37 y ss.
AHPSa. Prot. 6242, ff. 57 y ss.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 266 y ss.
AHPSa. Prot. 6244, f. 46.
AHPSa. Prot. 6244, f. 125.
AHPSa. Prot. 6245, ff. 36 y ss.
AHPSa. Prot. 6247, f. 116v.
AHPSa. Prot. 6247, f. 56v.
AHPSa. Prot. 6248, f. 135.
AHPSa. Prot. 6248, ff. 83 y ss.
AHPSa. Prot. 6248, ff. 256 y ss.
AHPSa. Prot. 6249, f. 51.
AHPSa. Prot. 6230, f. 145v.
AHPSa. Prot. 6251, f. 92v.
AHPSa. Prot. 6251, ff. 105 y ss.
AHPSa. Prot. 6252, f. 819.
AHPSa. Prot. 6252, ff. 127 y ss.
AHPSa. Prot. 6237, ff. 37 y ss.
AHPSa. Prot. 6315, fs.
AHPSa. Prot. 6176, ff. 11 y ss.
AHPSa. Prot. 6318, fs.
AHPSa. Prot. 6318, fs.
AHPSa. Prot. 6318, fs.
AHPSa. Prot. 6320, fs.
AHPSa. Prot. 6320, f. 3.
AHPSa. Prot. 6321, f. 265.
AHPSa. Prot. 6321, ff. 4 y ss.
AHPSa. Prot. 6322, ff. 54-60
AHPSa. Prot. 6322, ff. 121-124.
AHPSa. Prot. 6323, ff. 118-123v.
AHPSa. Prot. 6323, ff. 170-180v.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 188-190v.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 203-206v.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 32-35v. Me atrevo a considerar que el tal nombre de Marivela no fuera diminutivo de María Isabela y sí Vela, nombre de pila de mujer, como lo fue en la Sierra, hasta los años 70 del pasado siglo, el de Mon Vela para el varón, en honor de Simón Roland, santo sin aureola, popularmente conocido en Salamanca como Simón Vela, descubridor de las imágenes de la Peña de Francia.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 32-42.
AHPSa. Prot. 6324, ff. 76-78. La advocación de la toledana Virgen del Sagrario está muy representada en medallas y relicarios en los inventarios serranos y candelarios.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 277-280.
AHPSa. Prot. 6166, f. 3.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 7-21.
AHPSa. Prot. 6329, ff. 152 y ss.
AHPSa. Prot. 1155, ff. 150-154v.
AHPSa. Prot. 5975, f. 1.
AHPSa. Prot. 6020, ff. 61 y ss.
AHPSa. Prot. 6022, ff. 156 y ss.
AHPSa. Prot. 6023, f. 1.
AHPSa. Prot. 6935, fs.
AHPSa. Prot. 6913, f. 165.
AHPSa. Prot. 6913, f. 165.
AHPSa: Prot. 6917, f. 161.
AHPSa. Prot. 6186, f. 74.
AHPSa. Prot. 6215, ff. 30 y ss.
AHPSa. Prot. 6157, f. 200v.
AHPSa. Prot. 6330, ff. 31 y ss.
Refiere al bocio originado por una alimentación deficiente. En Asturias era usual el dicho, principalmente en relación a la mujer, sobre el mal de la pelagra: «fulana tien papu»
Sic por guapas y atractivas.
Se señalan aquí, como en un retrato o mapa, moral y físico, los distintos estereotipos y dictados tópicos con que cada población clasifica y caricaturiza a las otras vecinas: oficios, defectos y cualidades, por valles, en los ejemplos más locales y por comarcas, en los más generalizantes. Sobre los oficios de los habitantes de Linares de Riofrío se dice: «Linares los albarqueros, que cunden toda la España, media cunden de jabón, y otra media con albarcas y un rinconcito que les queda, con las cribas de linaza». Informó Emilio Rosingana, San Esteban de la Sierra, con 100 años de edad en 1979. Sobre los lugares «acumulaos» a la jurisdicción de San Esteban comentó: «Rando, Randino, Valverdejo y los Pajares, que son los cuatro lugares» (hace siglos despoblados). En relación a las labores del lino: «En Linares tenían fama sus espadadoras o espaderas». Correas trae el siguiente refrán: «Frades y Linares, la flor de los lugares; y andando alrededor, Frades es mejor»; y comenta: «Son a la banda de la Peña de Francia» (Op. cit. p. 358, nº 54). Los vecinos de San Martín del Castañar tienen fama de buenas personas entre los propios serranos, a pesar del siguiente dictado tópico: «San Martín y Bembribe, campana rota, a buen entendedor palabras pocas». Informó en Miranda del Castañar Petra Nieto Coca, de 68 años, en abril de 1973.
Sobre el abanico y otros aditamentos, vid. Martínez Alcázar (2018: 321-331).
AHPSa. Prot. 7710, ff. 169-170.
AHPSa. Prot. 7710, ff. 89-94.
AHPSa. Prot. 7751, f. 2.
AHPSa. Prot. 7751, f. 7v.
AHPSa. Prot. 6016, sf.
Estos siete misterios que forman las siete espadas de la Dolorosa se dividen en dos hazes, tres corresponden a la Infancia de Cristo (Circuncisión, Huida a Egipto y Niño perdido y hallado en el templo), y cuatro a su Pasión y muerte (Cruz a cuestas, Crucifixión, Descendimiento y Llanto sobre Cristo muerto y Sepultura).
AHPSa. Prot. 6018, ff. 83-84v. Declaración de Theresa Panchuelo.
AHPSa. Prot. 6023, f. 74.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 122-123. Joaquín Antonio de Coca fue escribano en Miranda de 1744 a 1797 (Prots. 6147 a 6153).
AHPSaAHPSa. Prot.6149, ff.345 y ss. En 1747 Don Rodrigo de Moreta aparece registrado como uno de los caballeros hijosdalgo perteneciente a la Cofradía del Santísimo, conocida como de “los Doce”, de riguroso estatuto de Nobleza y Limpieza de sangre”.
AHPSa. Prot. 6153, f. 20v.
AHPSa. Prot. 6158, f. 83.
AHPSa. Prot. 6917, ff. 161-165.
AHPSa. Prot. 6937, f. 42.
AHPSa. Prot. 7987, f. 34v. Los años 1864 y 1865 son los únicos protocolos que figuran de esta población en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca (AHPSa). La ausencia de documentos mogarreños hace que se resientan los resultados generales en el estudio de la indumentaria serrana, siendo Mogarraz una de las poblaciones principales en la conservación y riqueza de piezas-testigo que han llegado a nosotros.
AHPSa. Prot. 6190, f. 12 y ss.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 34v y ss. Además de las medallas, relicarios y hechuras de bulto, como recuerdo protector y reliquia por contacto de las más afamadas devociones marianas, se expendían también en sus santuarios unas cintas, generalmente de seda, con el tamaño exacto de sus advocaciones y una pequeña estampa impresa en ellas, conocidas como estadales o medidas. De alguna manera sus devotos se apropiaban así de la protección divina, trasladada a sus hogares. En la documentación serrana se encuentran varios ejemplos de estos recuerdos piadosos: en Sequeros, año 1685: «una medida con un Anus Dei, echura de oro». Inv. de Francisco Cordero de las Matas. AHPSa, Prot. 6230, ff. 66 y ss. En Cepeda, año 1690, consta «una Ymagen de Nª Sª de Atocha y una medida açul, grande, it. una colonia, medida de Francia». Inv. del Lcdº Manuel Pérez de Torivio, presbítero. Prot. 5993, ff. 138-157v. En San Martín del Castañar, año 1704: «Una medida de Monserrate». Inv. del Lizdº D. Pedro de Frías. Alcalde mayor de la villa. Prot. 6195, ff. 34 y ss. En 1725, también en San Martín: «Dos medidas doradas de la Peña de Franzia». Prot. 6199, ff. 102 y ss. En Sequeros, año 1750: «Tres medidas de Nª Sª de la Peña de Franzia azules, otras cuatro encarnadas, dos berdes, dos rosetas de medida, azul lila, otra encarnada». Inv. de Francisco Sánchez Montero. Prot. 6245, ff. 29 y ss. En 1750, de nuevo en Sequeros, figuran «quatro medidas encarnadas de colonia, de Nuestra Señora de la Peña de Franzia, dos de lo mismo azules, otras de lo mismo berdes; dos medidas hechas lazos, otra medida azul de listón». Inv. de Francisca Gascón. Prot. 6245, ff. 36 y ss. Los taxistas de Andújar en Madrid aún llevan el estadal de La Virgen de la Cabeza colgando del retrovisor.
AHPSa. Prot. 6213, f. 224.
AHPSa. Prot. 7523, ff. 94 y ss.
AHPSa. Prot. 6240, f. 65v.
AHPSa. Prot. 6248, ff. 6-7. Francisco Berrocal Montero, fallecido en 1763, ejerció el cargo de escribano en Sequeros desde 1736 a 1762. De su mano son los protocolos 6241 a 6247 inclusive.
AHPSa. Prot. 6917, ff. 161 y ss.
AHPSa. Prot. 7523, ff. 94 y ss.
AHPSa. Prot. 7751, ff. 24v y 26.
AHPSa. Prot. 1132, f. 101.
AHPSa. Prot. 6175, ff. 86 y ss.
AHPSa. Prot. 6165, f. Bis [sic].
AHPSa. Prot. 6244, f. 196.
AHPSa. Prot. 6111, ff. 40 y ss.
«canónigo racionero en Ávila […], hixo de este pueblo, colocado en Iglesia Catedral; fabricó toda la nueva capilla de la Virgen del Rosario […], toda la fábrica, material, el Altar, el dorado, la rexa del comulgatorio y todo el adorno de dicha capilla […] y fundó una capellanía en 1788[…], se le puso en la pared de la capilla […] la inscripción siguiente, grabada en pizarra con letras de oro: Dom.[inus] Joa. [nnes] Emman.[uel] Hoyos. Abulen[sis]. Ecles[siae]. Praeb[bendatus] Qui templum istud Auxit. Ann.[o] MDCCLXXVII. Hic Monument[um]. Post eius. obit[um] cogn[overun]t. Posuere». APA. Caxa de 1755, ff. 155 y ss. 730 AHPSa. Prot. 6150, f. 159.
AHPSa. Prot. 6150, f. 159.
Una primera versión del reloj como joya utensilio se publicó en (Cea 2012: 410-411) el cap. VI. 6.3; pp: 410-411, de Cuando las cosas hablan…Historia de Salamanca VI, Recapitulación, Fuentes…, en Ricardo Robledo (coord.) Salamanca: CES, 2012.
Onomatopeya del sonido de los relojes con las variantes de campanilla del din, don, dan, o el tic tac.
AHPSa. Prot. 6111, ff. 40 y ss, y APA. Libro de Caxa de 1755, ff. 21 y ss.
AHPSa. Prot. 6107, f. 76.
AHPSa. Prot. 1140, f. 11.
AHPSa. Prot. 1143, f. 29.
AHPSa. Prot. 1153, 19 ff.
AHPSa. Prot. 1154, f. 4. Un Joaquín Rico Peña ejerció como escribano en Candelario entre 1811 y 1847, Protocolos 1146-1155.
AHPSa. Prot. 7751, ff. 133v-134. Plaqué es chapa o lámina fina de plata o de oro.
AHPSa. Prot. 7751, f. 10v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 212-215v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 62-65v.
Gállego, op.cit., pp. 266-269.
AHPSa. Prot. 6620, ff. 70 y ss.
AHPSa. Prot. 6023, ff. 26 y ss.
Abraham Luis Breguet, nacido en Neuchatel, año 1747, se estableció en París hasta su fallecimiento en 1823. Fue importante relojero que inventó el espiral de su nombre, el reloj de repetición, e introdujo una serie de innovaciones en la industria relojera. Es considerado el mejor relojero de la Historia.
APM. Inventario de Nª Sª de la Questa de 1637, el 6 de julio de 1766, f. 79. don Antonio de la Parra aparece como alcalde de la Cofradía de la Veracruz de Miranda en 1753 y en 1754, como Mayordomo de la de los «Colorados» Venticuatro del Santísimo, en esa misma parroquial. Vid. en Cofradía Colorados de 1698, f. 190.
APM. Ibidem, f. 84v.
AHPSa. Prot. 6901, ff. 89 y ss.
AHPSa. Prot. 6189, f. 196v.
Viena, Kunsthistorisches Museum, c. 1650.
Este ejemplo es el fragmento final de un bolero del siglo XVIII conservado en Llanes (Asturias) y conocido como El Polinario. Informante Benita Mijares (Cea 1978a: 29). Id. La Canción del mar en Llanes (Asturias), en soporte sonoro. Madrid, Dial Discos Serie Nevada ND-5013, 1977; interpreta el Cuarteto Cea.
Cuando yo era niño, recuerdo haber oído comentar a mi madre y a otras mujeres: «Fulana era muy guapa, pero tenía unos andares muy feos». También se desaprobaba la belleza de una mujer por los pies grandes; la medida ideal del calzado femenino se cifraba entre un 35 y un 36.
Como afirma Mateu Prats en «El clauer en Ibiza, a partir de la documentación del siglo XVII (Aspectos formales, sociales y simbólicos)» (1996: 155-181), podría darse parentesco entre este manojo de llaves de la santa Isabel, en la pintura de Sequeros, y el clauer ibicenco. De la misma autora, vid. “Joyas de plata en la tradición ibicenca: el clauer y la emprendada de plata y coral” (2009: 507-528).
Todos los informantes coinciden en señalar el otoño como la estación más apropiada para la celebración de las bodas, por ser el tiempo de las cosechas y frutos con que familiares y vecinos obsequiaban a los novios en los distintos ofrecijos, meticulosamente ritualizados. Cada casa debía regalar en proporción a lo que en su momento había recibido. Por eso se decía que los regalos de boda «eran panes prestados». Informó en La Alberca Tomás de los Hoyos Martín, de 80 años en 1982.
AHPSa. Prot. 1142, ff. 7 y ss.
AHPSa. Prot. 6120, f. 44v.
AHPSa. Prot. 1142, 14 ff.
AHPSa. Prot. 1151, f. 6.
AHPSa. Prot. 1151, ff. 107 y ss.
AHPSa. Prot. 1152, ff. 8 y ss.
AHPSa. Prot. 1152, ff. 11-13.
AHPSa. Prot. 1153, ff. 62-63v.
AHPSa. Prot. 1153, f. 94.
AHPSa. Prot. 1153, ff. 67-68.
AHPSa. Prot. 1153, 19 ff.
AHPSa. Prot. 1153, f. 2.
AHPSa. Prot. 1154, 14 ff.
AHPSa. Prot. 1154, f. 44.
AHPSa. Prot. 1154, f. 80.
AHPSa. Prot. 1154, ff. 79-81.
AHPSa. Prot. 1154, ff. 82-84.
AHPSa. Prot. 1155, ff. 36-37. Por los llamados Cumplimientos o Cumplimientos de las 40 horas se entienden en Candelario las fechas en que está señalado regalar durante el noviazgo en alhajas y dinero a lo largo del año, especialmente el novio a la novia, y que constan en los documentos: «por un día de mercado en Béjar», o «para el caldero»; «por la Nochebuena»; «el día de Añonuevo»; «en el Carnaval» o «Entruejo»; «por carnestolendas»; «Jueves Santo y Pasqua de Resurrección»; «por la Feria de Béjar» o «Feria de San Juan» y «el día de San Juan por enramada», o «el primero y segundo día de San Juan Bautista»; «el primero y segundo día de Corpus Christi»; «por el día de la Cruz» [¿de mayo o de septiembre?]; «el día de Santiago y el de Santa Ana»; «para los coguillos»; «el primer día que visitó a la novia»; «el primer día que estuvo de matanza»; «el día de haberlos traído a casa» [los suegros a los novios]; «el día de las arracadas» entre otros, especialmente «la noche [o el día] de la Vista» y «en el ofrecijo del tálamo el día de la boda». De manera genérica o sin concretar fechas se utilizan las frases siguientes: «para los demás cumplimientos en días señalados» u «otro día señalado» que no se especifica. En la carta dotal de Marcelino G. Peña, año 1868, consta, sólo en cumplimientos, un gasto de 1.000 reales, tanto como en las Vistas que dio a su mujer. AHPSa: Prot. 8131, ff. 28v y 29. Los regalos entre novios podían hacerse extensivos también a la familia y criados, v.gr.: «a su hermana Adelayda, a la tía Ana, a su abuela, a los criados de Francisco Rico, a su padre». Vid. dote de Francisco Vallejera, padre de María Vallejera González, a favor de su esposo, Juan Pavón Ynesa, vecino de Toledo, año 1861. AHPSa: Prot. 7710, ff. 169-170. En La Alberca, ese primer día en que era invitada la novia a la matanza del cerdo, en casa de sus suegros o «señores», debía pasar por «la prueba del bandujo», víscera particularmente dura y viscosa de limpiar. Así se demostraba (o no) la destreza y hacendosidad de la futura nuera.
AHPSa. Prot. 1155, ff. 8 y ss.
AHPSa. Prot. 1155, f. 5.
AHPSa. Prot. 7710, f. 8v.
AHPSa. Prot. 7710, f. 131.
AHPSa. Prot. 7749, f. 154v.
Sobre los pañuelos de manila en la Sierra de Francia y Candelario, vid. Cea (2004: 243).
AHPSa. Prot. 7749, ff. 159-161v.
AHPSa. Prot. 7749, f. 161v.
AHPSa. Prot. 7749, f. 3v.
AHPSa. Prot. 7751, f. 3v.
AHPSa. Prot. 7751, f. 7v.
AHPSa. Prot. 5984, f. 57.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 170-171.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 12-13v.
AHPSa. Prot. 6903, ff. 94-97.
AHPSa. Prot. 6007, ff. 133 y ss.
AHPSa. Prot. 6021, f. 5.
APSEtbn. Libro de Fábrica de 1800, f. 33.
AHPSa. Prot. 6172, f. 12.
AHPSa. Prot. 6172, f. 58.
AHPSa. Prot. 6917, ff. 161 y ss.
AHPSa. Prot. 6226, f. 48v.
AHPSa. Prot. 6243, ff. 266 y ss.
AHPSa. Prot. 6247, f. 116v.
AHPSa. Prot. 6285, ff. 30v y ss.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 189-192.
AHPSa. Prot. 6327, ff. 87-90v.
AHPSa. Prot. 6323, ff. 31-34.
Las brazaleras albercanas son bastante más cortas que las esquileras mogarreñas (con esquilas, cascabeleras y el cuerno de marfil), que bajan a la altura de las cortapisas.
AHPSa. Prot. 6008, f. 5 y ss.
AHPSa. Prot. 6126, f. 93.
AHPSa. Prot. 6126, f. 94.
AHPSa. Prot. 6024, f. 90v.
AHPSa. Prot. 6216, f. 80v.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 219 y ss.
AHPSa. Prot. 6917, f. 161.
AHPSa. Prot. 6123, f. 293. Vid., en Alarcón Román, Catálogo de amuletos… (1987: 45, nº 1514).
AHPSa. Prot. 6124, f. 111v.
AHPSa. Prot. 6016, f. 112.
AHPSa. Prot. 6020, f. 100.
AHPSa. Prot. 6023, ff. 54 y ss.
AHPSa. Prot. 6149, f. 304.
AHPSa. Prot. 6149, ff. 345 y ss.
AHPSa. Prot. 6159, f. 131.
APMF. Libro de Alhajas del Niño Jesús, año 1626, sf.
AHPSa. Prot. 6184, f. 60.
AHPSa. Prot. 6186, f. 238v.
APMF. Libro de Ánimas: Alhajas del Niño Jesús 1831; ff. 38-38v.
AHPSa. Prot. 6921, ff. 170 y ss. El dijero incluía siempre la chupadera.
APSEstbn. Inventario de 1788, ff. 8 y ss.
AHPSa. Prot. 6203. ff. 43-44.
APSMtn. Libro de la Cofradía del Rosario de 1689 a 1761, f. 435v.
APSMtn. Inventario de la Cofradía del Rosario de 1883, f. 2.
AHPSa. Prot. 6252, f. 819.
AHPSa. Prot. 6326, ff. 36-54.
(Bardi 1973:108-109, lám. LXIV). Sobre los amuletos en el retrato del príncipe Felipe Próspero de Velázquez, vid. (Arbeteta 1991: 373-384).
Gállego (1990: 194-197).
Vid. Alarcón Román, op. cit., sv. sonajero, p. 95 (nº 9.545).
Sin duda, el mejor momento para disfrutar el traje de Davias mogarreño es el 5 de agosto, durante el ritual del ofertorio en la plaza, y en La Alberca, el de Vistas, en la fiesta del Corpus Christi y en la de la Asunción, el día 15 de agosto.
AHPSa. Prot. 6103, f. 77v.
AHPSa. Prot. 6107, ff. 194 y ss.
AHPSa. Prot. 6112, f. 4.
AHPSa. Prot. 6120, f. 44.
AHPSa. Prot. 6123, f. 293.
AHPSa. Prot. 6123, f. 94.
AHPSa. Prot. 6124, f. 111v.
AHPSa. Prot. 1143, f. 4 y ss.
AHPSa. Prot. 6126, f. 94.
AHPSa. Prot. 1140, ff. 94 y ss.
AHPSa. Prot. 1133, f. 19v.
AHPSa. Prot. 1133, f. 6v.
AHPSa. Prot. 1133, f. 19v.
AHPSa. Prot. 1140, ff.ss.
AHPSa. Prot. 1142, ff. 67 y ss.
AHPSa. Prot. 1833, 19 ff.
AHPSa. Prot. 5987, ff. 95-96v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 157-161v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 140-141v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 40-42v.
AHPSa. Prot. 6023, ff. 40 y ss.
AHPSa. Prot. 6147, ff. 61-61v. Aunque no se conserva la campanita, sí la imagen de la que fue devota doña Margarita.
AHPSa. Prot. 6186, f. 170v.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 245 y ss.
AHPSa. Prot. 6192, f. 46.
AHPSa. Prot. 6193, f. 95.
AHPSa. Prot. 6195, ff. 16 y ss.
AHPSa. Prot. 6197, ff. 36 y ss.
APSMtn Libro de la Cofradía del Rosario. Inventario de 1883, f. 2.
AHPSa. Prot. 6301, ff. 110v y ss.
AHPSa. Prot. 6303, f. 214v.
AHPSa. Prot. 6311, ff. 1-8v.
A comparar con caballo fantástico con su jinete de oro, esmeraldas y perlas berruecas, siglo XVI (Londres. British Museum). Igualmente, con el caballo alado y escamado con cola en flor de lis presentado como trabajo de maestría por «Pere Iuan Bastons/ Me a fet a 13 de [tachado el mes de marzo, o mayo]/ 1593», en Llibre de Passanties... f. 316, citado por Müller (1972: 36 y 89). Dibujos de Antonio Cea.
Comparto con Camón Aznar (1964:437) la teoría de que el personaje, aquí descrito, es una enana y no un enano, ya que «desde el cabello a los pies, todo su atuendo es femenino». En nuestra opinión, el collar y la mandila, en lugar del babador, no admiten dudas sobre el género del personaje (cfr. Gállego, Julián, Ibidem, p. 202).
AHPSa. Prot. 6008, ff. 212 y ss.
AHPSa. Prot. 1154, en folio suelto, sin año.
AHPSa. Prot. 5985, ff. 96-97v.
AHPSa. Prot. 5986, ff. 23-26.
AHPSa. Prot. 5986, ff. 23-25.
AHPSa. Prot. 5991, f. 150v.
AHPSa. Prot. 5992, ff. 79 y ss.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 75-76v.
AHPSa. Prot. 5993, ff. 16-18v.
AHPSa. Prot. 5990, ff. 181-183.
AHPSa. Prot. 5995, ff. 117-123v.
AHPSa. Prot. 5996, ff. 113-116v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 130-135v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 96´102v.
AHPSa. Prot. 5997, ff. 268-271v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 70-72.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 132-133v. En inventario de Pedro Joseph de Huerta, Sequeros, 1747, consta «una lechisangre engarzada en plata, 5 reales», Prot. 6244, f. 147v.
AHPSa. Prot. 5998, ff. 255-258v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 211-212.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 229-230v.
AHPSa. Prot. 5999, ff. 3 y ss.
AHPSa. Prot. 6002, ff. 84-92v.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 136 y ss.
AHPSa. Prot. 6159, f. 31.
AHPSa. Prot. 6933, f. 1v.
AHPSa. Prot. 6147, f. 82v.
AHPSa. Prot. 6159, ff. 134v-135v.
AHPSa. Prot. 6184, f. 60.
AHPSa. Prot. 6186, ff. 52 y ss.
AHPSa. Prot. 6212, f. 144.
AHPSa. Prot. 6288, ff. 251-262v.
Creo que la voz peste debe entenderse aquí, sensu lato, como mal olor o fetidez que proviene de lugar o de persona, de la que la poma defiende con su perfume.
Piqueredu (op. cit, p. 328) reserva un epígrafe para la joya portaprofumi (poma de oler) en variantes de pequeño incensario, que denomina joya d´ampolla (figs. 665-666, 668) y otras, tubulares o cilíndricas (¿nuestros cañoncitos?), figs. 669-670. Mateu (2015: 226-228, figs: 173-174) detecta y analiza también la presencia de esta pieza en la indumentaria ibicenca.
Müller (Ibid., p. 64, figs. 75-81, 84-89).
AHPSa. Prot. 5985, ff. 96-97v.
AHPSa. Prot. 5992, ff. 91 y ss.
AHPSa. Prot. 6144, ff. 51 y ss.
AHPSa. Prot. 6144, ff. 51 y ss.
APSMtn. Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario; Inventario de 1883, f. 2. En el repertorio de dibujos sevillanos para los exámenes de maestría de plateros –dentro del apartado que Angulo Íñiguez (La orfebrería en Sevilla, 1922) denomina «vaso cubierto»–, analiza María Jesús Sanz Serrano (op cit., p. 92, lám. 25, fig. 53) un perfumador de los de «calabacilla de peregrino», valorándolo como «del máximo interés tipológico», que no aparece en ese repertorio de dibujos «como pieza de exámen antes de 1700, e incluso no se menciona en ellos hasta 1742».
El bocado del Niño Jesús al morder la manzana, como nuevo Adán, convirtió en luz los ojos del ciego hortelano. Por el árbol del paraíso vino la muerte, por el de la cruz, la vida.
No siempre aparece la manzana como materialización de la culpa original. En algunas épocas e iconografías la pera, la devedada pera, fue la que causó el primer pecado.
AHPSa. Prot. 6007, ff. 142 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 221 y ss.
AHPSa. Prot. 6008, ff. 136 y ss.
AHPSa. Prot. 6194, f. 97.
AHPSa. Prot. 6176, ff. 13-13v.
AHPSa. Prot. 6150, ff. 181 y ss.
AHPSa. Prot. 6247, ff. 118 y ss.
AHPSa. Prot. 5999, ff.238-243.
La belleza de las joyas serranas y candelarias es un proyecto de publicación multimedia realizado por la biblioteca Tomás Navarro Tomás del CCHS-CSIC en colaboración con el Centro de Estudios Salmantinos y la supervisión científica de Antonio Cea, autor de la publicación.
Cita: La sagrada belleza de las joyas serranas y candelarias [en línea] http://biblioteca.cchs.csic.es/JoyasSerranas/ [fecha de consulta]