Entre 1878 (año del tratado de Berlín que dio fin a la guerra Ruso-Turca) hasta 1923 (en que se proclamó la República de Turquía) se fue produciendo el progresivo desmembramiento del imperio otomano y la creación de los nuevos estados balcánicos y de la república turca.
Al igual que otras minorías religiosas y culturales, los sefardíes pasaron de ser súbditos del sultán a ciudadanos de los nuevos estados nacionales, lo cual implicaba profundos cambios en su estatus jurídico, en su situación social y cultural y en su posición política.
El desarrollo del sector empresarial e industrial, la emergencia de una burguesía sefardí y también de una clase obrera, la implantación de políticas nacionalistas en los estados balcánicos y en Turquía, la difusión del sionismo y la influencia de los estados occidentales traen como consecuencia que la minoría sefardí, que durante el período otomano se había mantenido al margen de la política, participe activamente en la vida pública y en la actividad política y surjan movimientos ideológicos, asociaciones políticas, partidos y sindicatos.
En esta sección podemos ver algunos ejemplos de ephemera relacionados con la actividad política de los sefardíes de Salónica y Esmirna: los estatutos de una logia masónica, junto a un folleto de propaganda contra la masonería; varias muestras de propaganda sionista; y un interesante ejemplo de propaganda religiosa de los misioneros protestantes, que imprimieron libros y folletos en judeoespañol aljamiado para hacer proselitismo entre los sefardíes.
Resulta llamativo que no haya en esta colección ningún ejemplo de propaganda socialista, cuando sabemos que en Salónica había un importante contingente de proletariado sefardí (obreros y obreras de las fábricas de tabaco o de las industrias, trabajadores del puerto) y una burguesía políticamente muy activa, que publicó periódicos y organizó asociaciones socialistas; en Salónica se fundó, por el sefardí Abraham Benaroya (1887-1973), la Federación Socialista Obrera, germen del partido laborista griego. Pero, como en todas las colecciones de ephemera, los elementos conservados dependen en gran medida de los gustos e intereses del coleccionista.