Selección de fragmentos realizada por Carmen Menéndez-Onrubia
Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC
Voces:
ELECTRA: Isabel Fernández
EVARISTA: Raquel Ibáñez
MÁXIMO: Borja González-Albo
DON SALVADOR DE PANTOJA: Fernando Arce
EL MARQUÉS DE RONDA: Víctor Pareja
DON LEONARDO CUESTA: Pablo Ramos
DON URBANO GARCÍA YUSTE: Borja González-Albo
SOR DOROTEA: Sylvia Fernández
LA SOMBRA DE ELEUTERIA: Rosa Villalón
Versión electrónica del texto: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
MARQUÉS.- […]Hábleme usted, querido Urbano, de esa niña encantadora, de esa Electra, a quien han sacado, ustedes del colegio.
DON URBANO.- No estaba ya en el colegio. Vivía en Hendaya con unos parientes de su madre. Yo nunca fui partidario de traerla a vivir con nosotros; pero Evarista se encariñó hace tiempo con esa idea; su objeto no es otro que tantear el carácter de la chiquilla, ver si podremos obtener de ella una buena mujer, o si nos reserva Dios el oprobio de que herede las mañas de su madre. Ya sabe usted que era prima hermana de mi esposa, y no necesito recordarle los escándalos de Eleuteria, del 80 al 85.
MARQUÉS.- Ya, ya.
DON URBANO.- Fueron tales, que la familia, dolorida y avergonzada, rompió con ella toda relación. Esta niña, cuyo padre se ignora, se crió junto a su madre hasta los cinco años. Después la llevaron a las Ursulinas de Bayona. Allí, ya fuese por abreviar, ya por embellecer el nombre, dieron en llamarla Electra, que es grande novedad.
MARQUÉS.- Perdone usted, novedad no es; a su desdichada madre, Eleuteria Díaz, los íntimos la llamábamos también Electra, no sólo por abreviar, sino porque a su padre, militar muy valiente, desgraciadísimo en su vida conyugal, le pusieron Agamenón.
DON URBANO.- No sabía... Yo jamás me traté con esa gente. Eleuteria, por la fama de sus desórdenes, se me representaba como un ser repugnante...
MARQUÉS.- Por Dios, mi querido Urbano, no extreme usted su severidad. Recuerde que Eleuteria, a quien llamaremos Electra I, cambió de vida... Ello debió de ser hacia el 88…
DON URBANO.- Por ahí... Su arrepentimiento dio mucho que hablar. En San José de la Penitencia murió [en] el 95 regenerada, abominando de su libertinaje horrible, monstruoso...
MARQUÉS.- (Como reprendiéndole por su severidad.) Dios la perdonó...
DON URBANO.- Sí, sí... perdón, olvido...
MARQUÉS.- Y ustedes, ahora, tantean a Electra II para saber si sale derecha o torcida. ¿Y qué resultado van dando las pruebas?
DON URBANO.- Resultados obscuros, contradictorios, variables cada día, cada hora. Momentos hay en que la chiquilla nos revela excelsas cualidades, mal escondidas en su inocencia; momentos en que nos parece la criatura más loca que Dios ha echado al mundo. Tan pronto le encanta a usted por su candor angelical, como le asusta por las agudezas diabólicas que saca de su propia ignorancia.
MARQUÉS.- Exceso de imaginación quizás, desequilibrio. ¿Es viva?
DON URBANO.- Tan viva como la misma electricidad, misteriosa, repentina, de mucho cuidado. Destruye, trastorna, ilumina.
MARQUÉS.- (Levantándose.) La curiosidad me abrasa ya. Vamos a verla.
De izquierda a derecha: Raquel Ibáñez, Rosa Villalón, Fernando Arce, Borja González-Albo, Isabel Fernández, Pablo Ramos, Sylvia Fernández, Víctor Pareja.